Unos
investigadores de la “Carnegie Mellon” han trabajado en algo denominado “Los
retos del diseño de interfaces humanas orientadas a las emociones negativas”;
en otras palabras: robots y objetos q reciben somantas de palos y a
los q puedes darles con un martillo o acuchillar alegremente. Como dicen, muy
apropiadamente:
La
idea es básicamente crear objetos, principalmente no antropomórficos (aunque
algún muñeco hay x ahí) con los q desahogarse a gusto. Se puede aplastar
un cuadrado de plástico con un martillo y ver cómo brilla o darle estocadas a
un cojín amorfo y ver cómo se mueve
En
teoría esas expresiones de la energía negativa producen un efecto
liberador, a lo q ayuda la respuesta tecnológica q tienen, ya sea con luces o
sonidos. Hay uno q responde cuando lo insultan; otros se mueven cuando detectan
q han sido alcanzados x objetos puntiagudos
Como
se suele decir, hay gente pa’ tó, y estos curiosos robots son la
prueba. ¿Sufren? No; de hecho, su objetivo vital es absorber los impactos y
reaccionar a los insultos, así q en teoría todos contentos… Pero, de todos
modos, risas apartes, el asunto levantó algunas consideraciones éticas sobre
lo apropiado q es q estos chismes reaccionen alegremente cuando son tratados a
patadas y con palabrotas, aunque sea x adultos. Como no están en las tiendas,
todo queda en el laboratorio, de momento…
Creo
q esto sería necesario en varias empresas…
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