No me gusta el fútbol. Nunca lo ha
hecho. Cada vez menos. Lo detesto desde q los domingos parece ser q en la radio
o la televisión, solo se habla de ese deporte. No lo soporto desde q las madres
y padres de jugadores infantiles se lían a golpes en las gradas. Menos
aún desde q la afición “machirula” da x hecho q las árbitras son, en general,
“pasadas x la piedra del vestuario”
Pero q no me guste el fútbol no nubla
mis entendederas ni el sentido común q debería regir las decisiones de las
máximas autoridades deportivas y gubernamentales
El River-Boca es un partido de riesgo.
De máximo riesgo. De altísimo riesgo. El país de una de las dictaduras más
férreas q ha conocido la historia reciente, Argentina, se declara incompetente
para controlar la violencia de sus aficiones. Sí, ese país en el q policías y
militares no se andan ni han andado nunca con chiquitas a la hora de controlar
al q se desmanda, ya sea disidencia política o barras bravas deportivos
X eso, x la violencia extrema y
etílica q destila el choque entre estos dos equipos de los arrabales
bonaerenses, no he entendido q haya tenido q celebrarse en España… Si no son
capaces de guardarse un respeto entre las aficiones, la copa para ninguno de
los dos equipos, como ejemplo
No quiero compartir espacio ni aceras
en plenos días de ocio con quienes no respetan al prójimo. Con quienes usan el
deporte para la gresca. Para el cuerpo a cuerpo. Para ver quién es el más
macho. En realidad, el más boludo. El más pelotudo de la fiesta. Q en
todas hay uno o varios de esos
El sector de la restauración se frota
las manos. Los hoteleros se preparan para hacer caja. El turismo deportivo
dejará miles de euros en la ciudad y, x extensión, en el país: vuelos,
conexiones, trenes, quizá algunos de los cafres (los menos) aproveche para
hacer turismo. Lo dudo. No va con ellos. Se trastornan con el simple rodar de
un esférico. No dan para más, ni para menos
Pero el fin nunca justifica los
medios. Publicitar al reino como meca del deporte, como cuna del fútbol,
es un argumento irrisorio para brindar nuestra casa a lo peor de las ajenas.
Quienes viajarán al encuentro son ultras. Son extremistas. Son violentos. Son
aquellos a los q Macri no puede controlar. Son incontrolables. Y los españoles,
como siempre, los jaimitos. Todo sea x hacerse la foto. Y si puede ser con las
gafas. Y mejor a bordo del Falcon. Xq esto va de eso, de la foto
Esperemos q no haya q lamentar la
imagen contraria. La de un agente muerto en la contienda (ya nos pasó
en febrero en Bilbao en el choque entre el Athletic y el Spartak de Moscú). Al
buen hombre le dio un infarto x la angustia de semejantes bestias descontroladas.
Los hinchas del equipo ruso se entrenan con técnicas paramilitares cual
guerrillas. A esos sí les abrimos la puerta
Pue eso… q no tengamos q lamentar