domingo, 9 de diciembre de 2018

FiNaL aRGeNTiNa BoCa-RiVeR…



No me gusta el fútbol. Nunca lo ha hecho. Cada vez menos. Lo detesto desde q los domingos parece ser q en la radio o la televisión, solo se habla de ese deporte. No lo soporto desde q las madres y padres de jugadores infantiles se lían a golpes en las gradas. Menos aún desde q la afición “machirula” da x hecho q las árbitras son, en general, “pasadas x la piedra del vestuario”
Pero q no me guste el fútbol no nubla mis entendederas ni el sentido común q debería regir las decisiones de las máximas autoridades deportivas y gubernamentales

El River-Boca es un partido de riesgo. De máximo riesgo. De altísimo riesgo. El país de una de las dictaduras más férreas q ha conocido la historia reciente, Argentina, se declara incompetente para controlar la violencia de sus aficiones. Sí, ese país en el q policías y militares no se andan ni han andado nunca con chiquitas a la hora de controlar al q se desmanda, ya sea disidencia política o barras bravas deportivos

X eso, x la violencia extrema y etílica q destila el choque entre estos dos equipos de los arrabales bonaerenses, no he entendido q haya tenido q celebrarse en España… Si no son capaces de guardarse un respeto entre las aficiones, la copa para ninguno de los dos equipos, como ejemplo

No quiero compartir espacio ni aceras en plenos días de ocio con quienes no respetan al prójimo. Con quienes usan el deporte para la gresca. Para el cuerpo a cuerpo. Para ver quién es el más macho. En realidad, el más boludo. El más pelotudo de la fiesta. Q en todas hay uno o varios de esos

El sector de la restauración se frota las manos. Los hoteleros se preparan para hacer caja. El turismo deportivo dejará miles de euros en la ciudad y, x extensión, en el país: vuelos, conexiones, trenes, quizá algunos de los cafres (los menos) aproveche para hacer turismo. Lo dudo. No va con ellos. Se trastornan con el simple rodar de un esférico. No dan para más, ni para menos
Pero el fin nunca justifica los medios. Publicitar al reino como meca del deporte, como cuna del fútbol, es un argumento irrisorio para brindar nuestra casa a lo peor de las ajenas. Quienes viajarán al encuentro son ultras. Son extremistas. Son violentos. Son aquellos a los q Macri no puede controlar. Son incontrolables. Y los españoles, como siempre, los jaimitos. Todo sea x hacerse la foto. Y si puede ser con las gafas. Y mejor a bordo del Falcon. Xq esto va de eso, de la foto

Esperemos q no haya q lamentar la imagen contraria. La de un agente muerto en la contienda (ya nos pasó en febrero en Bilbao en el choque entre el Athletic y el Spartak de Moscú). Al buen hombre le dio un infarto x la angustia de semejantes bestias descontroladas. Los hinchas del equipo ruso se entrenan con técnicas paramilitares cual guerrillas. A esos sí les abrimos la puerta

Pue eso… q no tengamos q lamentar