El día
prometía y Jess cumplió su palabra, la de invitarnos a desayunar en “El Flecha”.
Después de q cada uno pidiera su croissant con café, su tostada con su zumo y
demás, nos fuimos hasta el centro comercial para q Jess cambiara su modelito de
parka q no le convencía x otra cosa. Tras una ardua selección de modelitos en los
q salía del probador mientras el resto mirábamos para las ampabardas, se
decantó x un vestido muy bonito
Sergio ya no
podía más y nos hizo esprintar hasta el Museo de León para poder llegar a la exposición
de Dalí y Miró. Recorrimos la distancia entre “León Plaza” hasta Santo Domingo
en apenas 20 minutos… Llegamos extasiados y lo peor de todo, la visita guiada
ya había comenzado!!! El guía lo hizo genial y nos explico las diferentes
láminas q allí se encuentran expuestas
Tras ver la exposición,
Jess se fue con los amigos de Óscar, x lo q nos quedamos solamente Lauris,
Sergio y yo para comer las sobras q habían sobrado en la cena de la noche
anterior… Deberíamos de habernos ido al hayedo a eso de las 2 de la tarde, pero
Sergio debe de entender q no pueden salir a la perfección los horarios
planteados, x lo q todo se aplazo hasta las 4 de la tarde. Allí, a bordo de los
mandos de su Megane, nos adentramos en la montaña leonesa. Toda una experiencia la de ir en el coche de Sergio…
La primera
parada fue la cascada de Nocedo, q Lauris nunca había visitado. Le gustó mucho,
y allí nos encontramos con Juan Carlos y sus amigos, q también estaban de
visita. Tras esto, nos adentramos en el interior de las hoces de Valdeteja y
tras aparcar Sergio en una propiedad privada, comenzamos a ascender x una
antigua calzada romana x entre avellanos y hayedos. Es una pena q aun los
colores del otoño no hayan hecho su verdadera entrada, pero será un placer
poder volver para verlo de nuevo
Poco a poco íbamos
ascendiendo al hayedo favorito de Sergio, allí donde se encuentra espiritualmente
con su “otro yo”. La pequeña ruta servía para q Sergio pudiera ir memorizando
diversos conceptos para su futuro examen. No vimos ningún oso, corzo o similar,
pero si pudimos contemplar una caquita de zorro… O eso nos hizo creer, jejeje.
Al llegar a un claro donde habían talado un montón de escobajos, pudimos
contemplar la preciosa estampa de la montaña leonesa al atardecer. No sé si
sería el famoso pico “huevo”, pero Sergio parecía entender q de él se trataba.
Como punto a favor para Sergio, tengo q decir q compartió sus frutos secos y
chocolate negro. Muchas gracias x esos detalles q nosotros no llevábamos
Al marchar de
allí volvimos de nuevo para León, ya q yo tenía una deuda pendiente q saldar
con Lauris y Jess. Pagar una cena en el restaurante el “Zielo” x no creerme q
Lauris se fue a veranear a Cuba…La cena muy buena, ya q acabamos todos para el
arrastre de lo q comimos… Q panzada x Dios!!! Fue un momento muy emotivo poder
estar hablando de diversos temas en los q Sergio siempre parece discrepar!!!
Jajaja, a veces pienso q va a contra corriente de la gente, y es cierto. Es único…
Lo mejor q pudimos hacer para bajar la copiosa cena fue dar un gran paseo x
León, donde la noche acompañaba y eso había q aprovecharlo. Una visita x el
mercado medieval, a rebosar de gentío hace q León en San Froilán este precioso
La noche no
terminó ahí y como no, tenía q terminar con polémica mientras nos tomábamos
algo en “La casuca”… “Obligamos” a Sergio a q tuviera un detalle con nosotros y
q nos pagase las consumiciones, pero lo mejor es no volver a decirle nada, xq
ya comenzó con otro de los sermones de la noche, jajaja. Fue un detalle
obligado q nos invitara, pero bueno, para otra vez si quiere, q salga de él
Al fin y al
cabo, el día fue muy divertido, y lo mejor de todo es q el fin de semana aun no
había terminado ahí…