jueves, 22 de diciembre de 2016

GRaCiaS X No VeNiR JaVi…


Aquí estamos una pequeña representación de nuestro querido departamento de R&D… Digo pequeño xq de los q íbamos a ser, a los q realmente fuimos, quedaron varios x el camino, jajaja

El lugar q se eligió, el “Rigoletto Tratoria”, creo q fue x decisión de Úrsu, pero una cosa tengo q decir, creo q nunca más volveremos a realizar una cena en este lugar. El motivo, pues está bien claro… La educación del “querido” camarero q nos atendió. Empezó con mal pie, ya q cuando llegamos y le dijimos q teníamos reserva y q de los 16 q íbamos a ser, a los 8 q quedamos, nos recriminó q xq no avisábamos. Hasta aquí, puedo entender el enfado, xq si el restaurante estaba lleno, era una pequeña put***, además el q reserva no tiene culpa alguna de lo q realmente haga el resto de personas. Cuando nos hizo pasar al comedor y vimos q estaba vacío… Pensamos, ¿este tío nos vacila? En fin, q ahí quedó la cosa…

Llegó el momento de elegir la cena, todos nos decantamos x unas pizzas. En la mesa había un pulsador para avisar al camarero y q viniera. Sofía lo pulsó, pero no llegó, x lo q pulsó de nuevo dos veces x si aquello estaba estropeado… Al rato llegó el camarero (con una “gran sonrisa”) y dijo q no llamáramos tantas veces q su reloj vibraba y con muy malas formas (en ese momento se quedó sin la posible propina)

Elegimos las pizzas y mientras charlábamos a q estas llegasen, nos echamos unas cuantas risas. Poco a poco fueron llegando las pizzas, y el amable camarero nos intentó colar una a mayores, cuando se habían pedido 7, xq Muelis, Herrezuelo y Sofía compartían pizza… Ya nos volvió a dedicar una grata sonrisa

Las pizzas tampoco es q fueran gran cosa, pero bueno, nos quitaron el hambre, jejeje. Aun así, después de todos estos “pequeños” percances, disfrutamos de la cena, ya q siempre tenemos risas aseguradas con esta gente

Pensábamos si tendríamos un futuro percance con nuestro amable camarero de mesa al irnos, pues si, lo tuvimos… Cuando nos trajo la cuenta y le pusimos el dinero en la bandejita, lo mejor q nos pudo decir para espantarnos del momento sobremesa fue: “Gracias, hasta luego…” Le faltó decir, “Hasta nunqui”. Nos cortó el rollo x completo, jajaja, pero eso sí, nos deleitó con unos calendarios

Ains, si no fuera x estas cosas no tendríamos estos recuerdos de “Javi”, el camarero amigo de los niños… No sé yo si alguno de nosotros nos comimos algún tipo de materia orgánica bucal (x no pensar de otra parte del cuerpo) de este señor, queremos pensar q no, q todo eran ricos y sabrosos ingredientes de la Toscana italiana…


PD: Después de las ocho fotos q nos hicimos de despedida, no se nota para nada el montaje de una de las personas, jajaja, a q no guapis!!!