La
península de Yucatán (México) esconde en su extremo noroeste, enterrado bajo
cientos de metros de sedimentos, el costurón dejado x uno de los
acontecimientos más sobrecogedores y trascendentales en la historia de la
Tierra. Es el gigantesco cráter de Chicxulub, de 200 kilómetros de ancho,
donde hace unos 65 millones de años impactó un meteorito de 10 km con
una fuerza equivalente a la de diez mil millones de bombas atómicas como la de
Hiroshima. El violentísimo choque incendió los bosques, desencadenó un tsunami
brutal y expulsó tanto azufre a la atmósfera q bloqueó la luz del Sol, lo q
finalmente condujo a la desaparición del 75% de la vida existente,
incluidos los dinosaurios
Ese
ha sido el escenario planteado tradicionalmente x los científicos para explicar
una de las cinco grandes extinciones masivas registradas en la Tierra. Y esa es
la hipótesis q respalda un nuevo estudio en el q ha participado el Centro de
Astrobiología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tras
analizar las rocas extraídas de la zona central del cráter mexicano. El
material de la “zona cero”, recuperado x el Programa Internacional de
Descubrimiento Oceánico (IODP) en 2016 desde una plataforma de perforación en
alta mar, ha permitido a los investigadores describir con un detalle sin
precedentes cómo fueron las primeras 24 horas después del impacto. Los
resultados aparecen publicados en el último número de la revista “Proceedings
of the National Academy of Science (PNAS)”
“Con
este estudio sabemos mejor lo q sucedió durante e inmediatamente después del
impacto. Podemos ver cuánta roca se derritió y vaporizó, cómo la presencia del
agua de mar afectó los cráteres y podemos hacer cálculos sobre la cantidad de
azufre q fue expulsado de las rocas”, apunta Jens Ormö, investigador del Centro
de Astrobiología y coautor del estudio. Los autores estiman q la explosión del
asteroide carbonizó toda la vegetación situada a miles de kilómetros a la
redonda del impacto y desencadenó un tsunami imposible de imaginar, q llegó
hasta el interior de Norteamérica, a más de 2.000 kilómetros de distancia.
Dentro del cráter, encontraron carbón vegetal y también un biomarcador químico
de la presencia de hongos del suelo dentro o justo encima de capas de arena,
signo de haber sido depositado x un reflujo de aguas. Estos hallazgos sugieren
q el paisaje carbonizado fue arrastrado hacia el cráter x el retroceso de las
aguas del tsunami
La
mayor parte del material q rellenó el cráter en las horas posteriores al
impacto se originó en el mismo lugar o fue arrastrado x el agua del océano q
fluyó de nuevo hasta allí desde el Golfo de México circundante. En un solo día
se depositaron alrededor de 130 metros de material, una tasa vertiginosa de
acumulación q demuestra q al impacto le sucedió un infierno de corta duración a
nivel local, seguido de un largo período de enfriamiento global. No en vano
Chicxulub significa en la lengua maya “pozo del diablo”. “Se achicharraron y
luego se congelaron”, afirma en referencia a los dinosaurios Sean Gulick,
profesor en el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas y autor
principal del estudio. “Aunque no todos, muchos dinosaurios murieron ese
día”, concluye
Örmo
indica q los sedimentos revelan “enormes energías de transporte q son mucho más
grandes q cualquier otra inundación catastrófica conocida en el planeta. El
agua densa y llena de escombros se movía con velocidades q equivalían a la
del viento de los huracanes”
El
equipo encontró rocas fundidas y fragmentadas como areniscas, calizas y
granitos, pero nada de azufre en el núcleo. Esto resultaba desconcertante, ya q
el área q rodea el cráter está llena de rocas ricas en azufre. ¿Adónde fue a
parar? El hallazgo apoya la teoría de q el impacto del asteroide vaporizó
los minerales ricos en azufre presentes en el lugar del impacto y lo liberó
a la atmósfera, q se volvió opaca a la luz solar. Esto causó profundos
cambios en el clima de la Tierra, q sufrió un enfriamiento global. Los
investigadores estiman q al menos 325.000 millones de toneladas métricas
habrían sido lanzadas a la atmósfera x el impacto. Esa cantidad es alrededor de
diez mil veces superior a todo el azufre q fue expulsado a la atmósfera durante
la erupción del volcán Krakatoa (Indonesia) en 1883, q provocó un
descenso promedio de 2,2 grados en la temperatura global durante cinco años
Fue
precisamente este cambio climático global el q causó la extinción masiva, no
solo de los dinosaurios, sino también de la mayoría de las criaturas q
habitaban el planeta en ese momento. “El verdadero asesino tiene q ser atmosférico”,
señala Gulick. “El impacto fue el golpe mortal durante un tiempo en q la biota
estaba bajo un fuerte estrés x las grandes erupciones volcánicas en lo q hoy es
la India. Posiblemente, cada proceso en sí mismo tal vez no hubiera causado una
extinción de estas proporciones, pero el impacto llegó en el momento crítico”,
añade Ormö
Los
sedimentos depositados en esos primeros instantes “nos permiten saber cómo
fue el primer día del Cenozoico, el primer día de una nueva era dominada x
los mamíferos y eventualmente x nuestra propia especie”, continúa el
investigador. Y reflexiona: “Una especie q ahora, x otras causas como la
contaminación masiva de los océanos y de la atmósfera, ha iniciado la sexta y
última extinción masiva. Tal vez todavía estamos a tiempo de aprender algo del
pasado”