Como todos los años x estas fechas, en
la ciudad de León tenemos una tradición, q es ir de tapeo (algo habitual en
nuestra querida y amada ciudad), pero en vez de pedir “cortos”, lo q se suele
pedir son limonadas. Cada bar de la ciudad hace su limonada, unas mejores y
otras peores, pero es básicamente lo mismo, vino, azúcar, higos, pasas,
naranjas, limones, canela en rama y trocitos de cáscara de naranja y limones.
Cada limonada q se toma en un bar, nos sirve a los leoneses para decir q se ha “matado
un judío”. Esta expresión suele decirse desde la semana antes al comienzo de la
Semana Santa hasta la Pascua
No, los leoneses no matamos a los judíos,
pero esta expresión viene de antaño, cuando los leoneses cristianos cuando
llegaba la festividad del viernes Santo, y preguntaban q quien había sido el
culpable de la muerte de Nuestro Señor, solamente decían q los judíos… Furiosos
y armados de palos, guadañas, espadas y hoces se dirigían desde la catedral
hasta la plaza de Santa Ana, para vengar la muerte de su Señor. Las
autoridades, q no querían ver regueros de sangre, decidieron q se permitiera la
venta de cierta bebida alcohólica más suave q el vino hecha con productos
naturales, y así dejar pasar el ímpetu vengativo x la muerte de nuestro Señor
Jesucristo… De ahí la expresión, q x cada limonada q se beba, se haya “matado
un judío”
X eso, y cumpliendo con el antaño
ritual, aquí nos juntamos los presentes de la fotografía para poder matar a
algunos judíos, jejeje. Comenzamos en “Los Pelayos”, donde se encontraba la
segunda mejor limonada de la ciudad, seguimos en “El capricho”, “La gitana” fue
la siguiente parada y de allí nos fuimos a nuestra querida plaza del grano,
donde tomamos algo en “El Grifo” y no muy lejos de ahí, en “La Piconera”
mientras nos encontrábamos con Tamma, pudimos ver alguna procesión en directo,
a eso de las tantas de la noche. Teníamos q terminar la ronda de tapeo, x lo q tuvimos
q tomarnos la última en “El riggoletto”
Nos recogimos cada uno para nuestras
casas, no sin antes volver a ver el solemne vía crucis del silencio mientras
nosotros nos despedíamos con voces y demás aspavientos, jajaja. Moncha, ¡7
limonadas a sus espaldas! Viva vivaaa