Mencionar la gastronomía de la
provincia de Cuenca merece una entrada al blog a parte, xq sus pltos son
bastante contundentes, jejeje
El lugar en el q probamos varias
raciones de platos típicos de allí, se llamaba restaurante “La Mangana” y se
encontraba en la mismísima plaza mayor, la casa de color amarillo… Allí
entramos x desesperación xq las horas q eran ya parecía q no íbamos a encontrar
restaurante alguno q nos diese de comer para 7 personas a eso de las 15:30h
pasadas, pero sonó la flauta y pudimos, oe oe oeee
Subimos a la segunda planta del local
y allí estaba nuestra mesa preparada, eso sí, las sillas eran muy incomodas,
pero a los 5 segundos se nos había olvidado, sobre todo x el hambre q teníamos,
jajaja
Tras estar dilucidando sobre q platos
escoger, nos decidimos x unas cuentas raciones, y fue la mejor elección q
escogimos, ya q pudimos probar el queso manchego con aceite, el ajo arriero
(del cual me considero a partir de ahora súper fan, jejeje), el morteruelo (una
especie de pasta elaborada con hígado de cerdo, carne de pollo, de conejo y perdiz,
guisados, machacados y desleídos con especias y pan rallado), el gazpacho
manchego (q nada tiene q ver con el típico gazpacho andaluz, ya q este era seco
y con uvas como decoración ornamental del plato, más bien recordaba a una
especie de tortilla), el pisto manchego (muy rico, con sus verduras cortadas en
trozos, más o menos grandes) y el plato estrella, el zarajo (q yo vulgarmente
lo llamaba zancajo, xq no me acordaba de su nombre, jajaja)
Quizás os preguntareis de q estaba
elaborado este plato, pues lo mejor de todo es q lo probéis y ya luego os informéis
de lo q os habéis comido, xq si lo hacéis ante de comerlo, es probable q tengáis
cierta aprensión a probarlo, como fue mi caso… Pero bueno, como soy muy bueno,
os lo describo
*** SPOILERS, INGREDIENTES DEL ZARAJO
*** (No leer a partir de aquí)
Los zarajos se consideran aperitivo o incluso tapa, están preparados a base de intestinos de cordero lechal marinados, q después de enrollan en un sarmiento (un palo de la vid) y se fríen en aceite de oliva o se asan en el horno, o a la plancha, hasta q quedan dorados... En nuestro caso, estaban fritos y su sabor me recordaba un poco al de las cortezas de cerdo, pero como sabía de lo q estaba realmente hecho... Lo comí un poco a regañadientes. No volveré a probarlo xq no me motivó demasiado, jajaja
*** CONTINUAR LEYENDO A PARTIR DE AQUÍ
***
Otras raciones q pedimos fueron unas setas al
ajillo, gambas creo q al ajillo, la parrillada de Raulito y los postres. Tarta
de queso y el famoso alajú, la torta de obleas rellena con una pasta dulzona
con almendras… Estaba rica, pero era una bomba de relojería, jajaja. Solamente nos
faltó probar unos chupitos del licor típico de aquí, el resolí
La verdad q nos encantó poder probar
todos estos platos nuevos y desconocidos para la gran mayoría de nosotros. Lo q
realmente presta cuando uno va a una ciudad nueva es poder conocer sus
rincones, mezclarse entre su gente y probar su gastronomía. Nosotros pudimos
hacer las tres cosas, y esas experiencias son las q llenan nuestra vida. Cuenca
ha sido un viaje increíble, impensable hace unos meses de poder realizar y gratamente
convencido de q fue un destino perfecto (aunque los de León tuviéramos 5 horas
de coche, jejeje). ¿Repetimos?
