domingo, 23 de abril de 2017

RoDeaDoS De BaSuRa eSPaCiaL…


Corría el año 1978, en plena resaca de la carrera espacial, cuando un empleado de la NASA se percató x primera vez del problema. El astrofísico Donald Kessler había estado observando desde el Johnson Space Center de Houston los restos de satélites en órbita, a la deriva, y los choques q se producían entre ellos. Advirtió sobre el proceso, una reacción en cadena al modo de una bola de nieve, x el q los restos se iban multiplicando. Predijo el peligro, pero nadie escuchó entonces sus advertencias. Invitado a la conferencia espacial q la Agencia Espacial Europea (ESA) ha celebrado esta semana en Darmstadt y a la q han acudido 400 expertos de todo el mundo, nadie duda ya de la necesidad de hacer frente, lo antes posible, al “efecto Kessler”

No son solo satélites en desuso, q se utilizaron para predecir el tiempo, establecer comunicaciones o para espiar, sino también partes de cohetes e incluso herramientas q perdieron los astronautas, gotas de combustible q se han congelado, pintura q se descascarilla de las sondas… incluso un guante q se le escapó al astronauta Edward White en 1965. “Si llegara a impactar contra el traje de uno de los tripulantes de la ISS lo haría literalmente polvo”, bromea Kessler. Pero sobre todo son partes de satélites q han chocado unos con otros y han resultado destruidos generando a su vez más basura, como los más de 2000 fragmentos nuevos q se generaron en febrero de 2009 cuando un satélite militar ruso colisionó con uno americano sobre Siberia

Todos estos restos orbitan la Tierra de forma descontrolada y suman unos 166.000 millones de desechos de diámetro superior a un milímetro y menor de un centímetro. Unos 750.000 tienen entre uno y 10 centímetros de diámetro. Otros 21.000 son mucho más grandes, entre una pelota de tenis y una de baloncesto. Aunque la mayoría son apenas del tamaño de un grano de arroz, no hay q subestimarlos, xq el problema no es cuán grande sean sino la velocidad a la q se desplazan, q hace q un objeto como una simple tuerca de un centímetro sea capaz, al chocar contra una nave a 40.000 kilómetros x hora, de liberar una fuerza equivalente a la explosión de una granada de mano

Dentro de cien años, ya no podremos poner en órbita más satélites y viajar al espacio se habrá vuelto demasiado peligroso, xq  resultará prácticamente inevitable no chocar con alguna pieza de chatarra espacial. Es necesario hacer algo cuanto antes y, lamentablemente, el presupuesto de la NASA para el problema de la basura espacial no ha cambiado en los últimos 20 años, lo q suponer q será necesario hacer más con menos recursos

Su llamamiento ha servido para q las agencias espaciales se pongan de acuerdo para desarrollar una especie de servicio de recogida de basura espacial, según explicó ayer durante el acto de clausura Holger Krag, director del encuentro. El primer paso será realizar varias pruebas en el espacio con brazos mecánicos y redes para recoger satélites fuera de servicio. Debemos demostrar q somos capaces de hacerlo. De lo contrario, nadie aplicará antes esa tecnología. La retirada de las piezas más grandes se presenta como necesaria, incluso si se aplica de manera consecuente la estrategia para evitar generar más basura espacial

Una empresa con sede en Singapur y centro de desarrollo en Tokio, prevé lanzar su primer satélite con el fin de poner a prueba tecnologías clave para futuras misiones y con la intención de establecer un primer servicio de limpieza en 2020. El sistema ideado x el empresario y fundador de “Astroscale”, el japonés Nobu Okada, consiste en un satélite bautizado como “madre”, q contiene seis dispositivos de retirada de escombros, llamados “niños”, q recolectan fragmentos gracias a un adhesivo especial

Una vez recolectado un volumen de desechos determinado, q se fijan a los dispositivos magnéticamente, los “niños” entran en la atmósfera terrestre y se desintegran junto con ellos. El objetivo es hacerse con un buen puesto de salida en una parrilla q en las próximas décadas promete grandes beneficios, puesto q la limpieza de chatarra espacial será condición sine qua non para seguir lanzando satélites

En 1957 fue lanzado al espacio el satélite soviético “Sputnik”, q tres meses después cayó sobre la Tierra. Aquella efeméride supuso el inicio de la carrera espacial humana. Desde entonces, según datos aportados x la ESA, se han realizado cerca de 5.000 lanzamientos q han puesto en órbita más de 6.600 satélites. Sobre estas cifras se realiza una proyección en el tiempo q permite estimar la progresión del número de piezas de basura espacial con q tendremos q contar en los años venideros. Los principales organismos espaciales, incluida la ESA y la NASA estadounidense, no han desarrollado todavía una tecnología válida para el problema, motivo x el q Okada vio un nicho de negocio espacial y puso en marcha “Astroscale” hace cuatro años. “La basura espacial es un asunto global y q x ello debería ser de interés global mantener nuestras órbitas limpias para los satélites operacionales, dijo, parafraseando al director de Operaciones de ESA, Rolf Densing, para quien este problema debería ocupar “un lugar prioritario en las preocupaciones de la comunidad espacial”


Thomas Schildknecht, científico del comité de investigación espacial COSPAR (Committee on Space Research), consideró en la conferencia q “es necesario hacer algo y lo antes posible” e insistió en q “tenemos q ir al espacio para medir las partículas pequeñas de milímetros y lanzar varias tecnologías de limpieza para comprobar cuál de ellas resulta más efectiva”