A Luca le va a ir bien en la vida.
Seguro. Detrás de sus ojos pizpiretos se vislumbra un cerebro inteligente, aún
en formación. Normal. Son cuatro años. Está presto a empezar el próximo lunes
1º de Primaria en el CEO Camino de Santiago de La Virgen del Camino. Y va a
entrar x la puerta grande. Lo presagian los cientos de mensajes q ayer rularon x
el grupo de “Whatsapp” de las mamás del cole para felicitarlo x su hazaña. “Es
un ángel, lo ha iluminado... no sé quién. Nos ha salvado a su hermana y a mí”
Lo dice Mónica, su madre, aún no muy
recuperada del susto. El lunes x la tarde, ella sufrió un grave descenso del
nivel de azúcar en sangre y perdió el conocimiento cuando se encontraba en
casa. Quedó tendida en el suelo. Es la tercera vez q le pasa en los últimos
años
Su hijo mayor (la pequeña Noa tiene 26
días tan solo) le cogió el teléfono y empezó a llamar al Servicio de
Emergencias 112. Hasta q consiguió q atendieran a su petición. Diez veces
repitió la operación, xq en las primeras no le hicieron caso pensando
posiblemente q se trataba de un niño jugando. En las últimas sacó genio. “Pero
¿viene ya un médico o no?”
Le habían dicho q en diez minutos se
presentarían en su domicilio de San Miguel del Camino, cercano a la plaza
ajardinada q ahora luce los columpios en los q alguna vez, esporádicamente,
juega Luca. “A él yo le digo a veces q vuelvo en diez minutos y aquello se le
debió de hacer eterno”, explica Victor, su padre
En medio de la espera, su hermana se
puso nerviosa y empezó a llorar. El instinto de Luca (otra vez) impresiona.
Sacó a la bebé del capazo, la calmó con los típicos arrorrós y cuando se
percató de q todo estaba en orden, la dejó en el mismo sitio. Mónica se
emociona cuando lo recuerda...
“Yo no podía moverme y tengo recuerdos
muy vagos. Sí q me doy cuenta de escucharle llamando, pero no me vienen más
imágenes a la cabeza”
Los padres de Luca desarrollaron un
juego con una suerte de repeticiones x si acaso llegaba la ocasión. Y su
profesora en el colegio, también había desarrollado una técnica de aprendizaje
similar. “1-1-2 y luego el verde”, le enseñó Víctor. Y funcionó
“Voy a quitarme la bomba, ya no me
fío. Volveré al sistema de toda la vida y a pincharme”, advierte Mónica. “Si me
pasa otra vez no sé si vamos a tener tanta suerte y a lo mejor nos encuentran,
a mí ahí de cualquier manera y a la niña deshidratada. Y no voy a pasar x eso.
Quiero q me vuelvan a pinchar”, protesta cuando explica la penitencia q supone
una diabetes seria
Con el paso de la conversación y
transcurridos los minutos, Luca se suelta y pierde el temor a los desconocidos.
“Dame el dedo, q te lo aprieto. ¡Mira q fuerte soy!”. Es el mismo dedo mágico y
salvador q obró el milagro apenas 48 horas atrás. “Me gusta pintar y dibujar y
soy del Real Madrid, q este año va de blanco y de rojo también”. En el mismo
momento en q lo dice, un coche de policía de juguete sale volando. Esta vez,
las ruedas se salvaron. “Los demás coches los tiene todos destrozados”
En la Ruta Jacobea, San Miguel del
Camino tiene aroma de milagro, más q de peregrino. Año santo en esa casa