sábado, 17 de julio de 2021

ViToRia, La CiuDaD VeRDe…


 Una mini escapada con mi amiga Caritina a una ciudad verde, a la querida Vitoria. Llevábamos muchos años diciendo q deberíamos de hacer un viaje juntos y como somos los únicos del grupo sin bebés, pues nos decantamos x esta fecha, en la q los dos podíamos

El viaje con ella se podría resumir en una sola palabra: Risas. Todo el rato Caritina estuvo riéndose. Tenemos un humor simple y similar, x lo q el viaje dio de sí

Llegamos a Vitoria y tras dejar el coche aparcado a un kilómetro del centro, nos pusimos a caminar x la ciudad verde. Me llamó mucho la atención la cantidad de bicicletas q había x la ciudad… No veía tantas desde q estuve en Ámsterdam hace años. ¡Q envidia de ciudad! Yo quiero una ciudad x la q se pueda circular en bicicleta con seguridad y sin peligro. En ese aspecto, la ciudad es la mejor de España

Al llegar a nuestro apartamento, llamamos a Resu, la dueña de los apartamentos, pues el pin con el q debíamos acceder al interior del inmueble no funcionaba. Un niño q había en el portal nos abrió la puerta y en el descansillo, como no sabíamos el piso donde se encontraba nuestro apartamento, hablamos con Resu… En ese momento se nos quitó la risa de la cara al saber q “Bookin” no había formalizado la reserva, pero si q haía cobrado el dinero… Menos mal q Resu se portó y q únicamente quedaba un solo apartamento libre… Menos mal

Tras ese incidente, fuimos a patear la ciudad y a conocer el ambiente q se gastaban los vitorianos. La verdad q el ambiente x la calle Cuchillerías era bastante animoso, pero era la zona Covid x excelencia. Jóvenes sin mascarilla, aglomeraciones… Yo la verdad q flipé un poco

Al día siguiente nos hicimos un “free tour” gracias a Koldo, q muy majo y con mucho desparpajo nos fue descubriendo algunos de los lugares de la ciudad medieval. Conocimos la catedral de Santa María Inmaculada. Allí discrepamos un poco de la guía, pues nos comentó q la talla de la virgen era del Siglo XIV, pero no nos encajaba con nuestra catedral, q supuestamente era gótica… No sé, nos quedamos un poco extrañados

Para comer, q mejor lugar q un restaurante de la guía Michelin, la verdad q las almejas, el pulpo, las verduras con tempura y el postre estaban deliciosos, pero bueno, con el vino Txacolí pasó algo mejor, jajaja. X la noche nos fuimos de pintxos a los bares q nos había recomendado Koldo, pero de manera lamentable solamente pudimos degustar uno de ellos, el Sagartoki; donde su pintxo estrella era el huevo frito con patatas y picadillo. No os imaginéis q es lo q tenéis en mente, pues era una interpretación… Como si fuera un ravioli x el q hay q pagar 2,50 euros, y 20 céntimos más si lo comes de trufa… Quisimos ir a algunos más como el Saburdi, Perretxico, Bar Txiki y Kea, pero en esta era Covid, sin sitio en terraza no te atienden… Pasando más hambre q los pavos de Manolo…

Para paliar esa situación nos acercamos a un “Supercor” a comprar alguna mier*** para llevar a la boca junto con alguna cerveza, pero… No venden alcohol a partir de las 22:00h… Ley seca. En fin… En cuanto a tapeo o zonas de pintxos… Me quedo con León

Menos mal q tiene zonas super chulas para poder tomar algo al aire libre y con distancia social, mientras disfrutas de una rica cerveza IPA en “Falerina Taberna” con una banda sonora típica vasca como Huntza y su Aldapan Gora

Ains Caritina q risas pasamos disfrutando y conociendo Vitoria, tenemos q hacer muchos más viajes 😊