X
fin llegó el día de mis ansiadas vacaciones, ultimo día de trabajo y a
desconectar x unos días. Y la mejor forma de comenzar las vacaciones es realizando
un viaje con una pequeña parte de mis queridos ex becs (una pena q Olguis y
Manu en el último momento tuviesen q cancelar el viaje, pero esperamos q para
la próxima quedada si q estén, al igual q el resto)
A
las 17:00h partíamos hacia el valle de Polaciones, q en mi vida había escuchado
y del q Sergio nos vendió como q aquello fuese de lo mejorcito, después de haber
localizado una casa rural perdida en un pueblo del susodicho valle… No teníamos
muchas expectativas, pero íbamos a pasarlo bien xq nos íbamos a encontrar los
ex becs, así q lo demás nos daba un poco igual
Lauris,
Sergio y yo nos fuimos hacía allá a lomos de Copito (esta vez me tocó a mi
pilotar, la próxima vez será el coche de Lauris), con mascarillas como mandan
los protocolos oficiales. La verdad q se hizo un poco coñazo, pero es lo q
tocaba, Sergio fue muy prudente en todo momento y había q cumplir con lo
pactado. Aunque el viaje no era muy largo, el hecho de tener q ir x carretera nacional
durante la mayoría del trayecto, parecía q fuese mucho más largo, y para nada…
No coincidimos apenas con coches en la carretera y pudimos ver pueblos de la
montaña palentina como Congosto de Valdavia, donde nos tomamos un pequeño
refrigerio en el bar Juli y donde comenzamos con la tradición navideña de
comprar un décimo de lotería (XXXX9). Q a gusto se estaba en la plaza del
pueblo, tomando algo al sol mientras Sergio y Lauris se untaban de crema solar
como auténticos guiris…
Proseguimos
el trayecto y una pena no haber podido parar en Cervera de Pisuerga, un pueblo
con un encanto del q tendremos q volver a acudir, para poder pasar algún fin de
semana visitando esta preciosa zona. Poco a poco y a medida q íbamos adentrándonos
en los valles palentinos próximos a Cantabria, el tiempo comenzaba a empeorar…
No llovía, menos mal, pero las temperaturas bajaron considerablemente y
nuestros cuerpos comenzaron a reaccionar frente al frío, prueba de ello fueron
nuestros pezones q se pusieron erectos. Todo x parar en el mirador de
Piedrasluengas… Sergio, no queríamos hacerte caso y nos diste una lección, un
lugar super chulo donde nos hicimos unas cuantas fotos para el Tinder de
Sergio. Ahí perdimos la cobertura y la señal GPS, pero gracias a mi sentido
arác, perdón, de la orientación, pudimos llegar a nuestro destino de Pejande.
Menos mal q en el desvío de carreteras cogí el CA-281 y no el CA-184… Nos la jugamos
y fue lo correcto
En
“Casa Molleda” en Pejande, tuvimos q hacer una parada para coger la cena q habíamos
reservado, ya q los dueños de nuestra pequeña casita rural se encontraban allí,
regentando un restaurante y bar, junto con otras casas rurales. Hay q ser serio
y decir q las raciones de cena q pedimos fueron un poco timada, pero bueno…
Tortilla de patatas, unas croquetas y empanadillas junto con una ensalada y q
nos cobrasen 30 euros… Nos vieron la cara, jajaja
De
ahí ya tomamos rumbo hacía nuestra “Casa La Abuela”, en el pueblo de San Mamés,
perdida del mundo, donde termina la carretera y donde no había cobertura de
Vodafone (vaya mier*** compañía). Estaban en ella Jess, Óscar y la pequeña
Albita q estaba con mucha vergüenza al vernos, pero q pasados unos minutos, se
le pasó y estuvo prácticamente en todo momento conmigo
Sergio no veía la cena muy satisfactoria,
tenía miedo de morir quizás de inanición, x lo q convenció a Óscar para acudir de
nuevo al pueblo para comprar algún postre y pan. Jess, Lauris, Alba y yo nos
quedamos en la casa repartiéndonos las habitaciones y poniéndonos al día en
todo. Alba y yo nos pusimos a idear un plan para asustar a su papi y al tito
para cuando llegasen en el coche, nos tapamos con una manta y nos escondimos y
cuando llegaron… ¡Búuu! Se partía de la risa la pequeña
Jess
me dio toda la ropa de la q habíamos hablado para poder ponerla en mi bazar de “Wallapop”
y flipé con lo q había, jajaja, parecía q fuéramos al rastro, x todas las bolsas
q me había llevado y q dudé en un momento de como las llevaríamos a casa en mi
coche con todas las maletas y bolsas…
Nos
pusimos a cenar y lo pasamos bien, sobre todo viendo a Sergio comer, come a
Dios x los pies, no rige y si no le llamas la atención te deja sin comida… La
ensalada la vimos de chiripa, jajaja. Tras la cena, Albita quiso jugar con los
juegos de mesa q había llevado, se portó muy bien mientras le enseñaba las
cartas o dados, en esos momentos parecía q no había nena. Creo q mi camiseta de
Marvel también ayudó, xq no paraba de señalármela. Aprendió personajes de
Marvel y los asociaba a los colores q también me decía en ingles (muy bien x la
mami Jess q la ha hecho bilingüe)
Una
vez q se fue a dormir Alba con Óscar y de q Sergio se acostase después x estar
muy cansado, nos quedamos en los sofás Jess, Lauris y yo. Como siempre,
hablando y hablando… Una pena q se nos cerrasen los ojos, estábamos cansados y
todos teníamos q descansar para afrontar el día q nos esperaba mañana, íbamos a
conocer ese valle místico y desconocido de Polaciones…