José Luis Amatriain es un frutero
guipuzcoano peculiar. Desde hace un par de meses se dedica a repartir tomates,
fresas y alcachofas en un antiguo coche fúnebre. Donde antes iban los féretros,
él transporta ahora cajas de frutas y verduras, y en lugar de coronas de
flores, coloca unas ristras de ajos en los laterales y la trasera del vehículo
mortuorio. Un eslogan le acompaña durante los repartos: Nuestros productos
están de muerte. En Lazkao (Gipuzkoa) y su entorno no se habla de otra cosa
estos días
Esta ocurrencia, tan original como
siniestra, le ha deparado una fama imprevista, reconoce Amatriain. "La
idea surgió sin querer y estoy sorprendido del impacto q ha tenido",
comenta este frutero al q el negocio le iba "bien, bien" antes de
"dar el pelotazo" con la singular funeraria cargada de espárragos y
naranjas
Amatriain es un loco de los coches
antiguos. En una de esas le envió una fotografía de un Cadillac fúnebre a un
amigo de Huesca q se dedica a eventos fúnebres. "¿No querrás una
funeraria?", le contestó. Acordaron intercambiar una vieja Vespa x un Ford
Granada matriculado en 1981 q había hecho cientos de servicios para Funeraria
La Oscense
El frutero tintó las ventanas del
coche, le colocó una manzana metálica en el techo y lo serigrafió con la
siguiente inscripción: Nuestros productos están de muerte. Cuando sale de
reparto monta las ristras de ajo decoradas con unos lazos q le ha preparado una
floristería próxima a su establecimiento. La apariencia mortuoria del vehículo
es total. "Los vecinos solían preguntar quién se había muerto. A Alguno le
da un poco de yu-yu, pero nadie ha hecho ningún comentario fuera de tono. La
idea se pensó sin querer ofender a nadie", explica Amatriain, de 39 años y
dedicado a la venta de fruta desde q tenía 15
A los mandos de la frutería fúnebre
ambulante, Amatriain reparte los productos a restaurantes y comercios de los
pueblos de alrededor. También gestiona sendas fruterías en Ordizia y Legorreta.
Ahora se ha hecho famoso con su peculiar funeraria, q fue el vehículo q más atenciones
atrajo en una exposición de coches antiguos celebrada hace dos semanas en
Lazkao. Enamorado de los vehículos clásicos americanos, Amatriain guarda en su
garaje un Ford Mustang de 1990 y un Dodge Mustang de 1973
"De aquí a Hollywood", le
dice Blanca, una de las dos empleadas de la frutería, donde también
comercializa conservas, vino y despacha pan recién horneado. "Le gusta la
salsa y es verdad q la ha liado buena", añade. Un paseante le espeta entre
risas: "¿Los ajos son para espantar a los vampiros?"