sábado, 26 de octubre de 2019

LoS eSToRNiNoS Y LaS MaTeMáTiCaS…



Los atardeceres otoñales de algunas zonas de España cobran un interés inusitado: enormes bandadas de estorninos forman una de las más espectaculares coreografías, dibujando acrobacias, elevándose, retorciéndose y pintando el cielo de formas q hacen volar nuestra imaginación y q nos sumen en un estado de hipnosis. Un regalo de la naturaleza

Los estorninos forman agrupaciones q en algunos casos alcanzan los cuarenta mil ejemplares, lo cual no es óbice para q se mueven con una sincronía perfecta. A diferencia de lo q sucede con los patos o los gansos no existe la figura del líder, q marque el compás q debe seguir el grupo

En los cielos pueden verse dos especies, el pinto (Sturnus vulgaris) y el negro (Sturnus unicolor), aunque muchas veces las bandadas son mixtas, formadas x miembros de ambas especies. A pesar de sus impresionantes vuelos no son bien recibidos x todos, hay algunos detractores q se quejan de la gran cantidad de excrementos q depositan con inusitada profusión y, otros, de sus desagradables chirridos. Precisamente la algarabía de los dormideros ha suscitado q los anglosajones hayan bautizado a estas bandadas como “murmuraciones”

La filosofía q rige sus vuelos se puede resumir en una máxima: la unión hace la fuerza. Son aves muy gregarias, de pequeño tamaño (en torno a los veinte centímetros) q deben competir con halcones, águilas calzadas o aguiluchos lagunones, unos depredadores q les duplican en tamaño

Los estorninos han conseguido defenderse gracias a las matemáticas: se rodean de otras seis aves de su misma especie, las cuales se mantiene a una distancia estable, constituyendo una formación impenetrable. Además, las bandadas reducen el escaso éxito q podrían tener los depredadores al cambiar constantemente la dirección de sus movimientos

No hace falta ser muy sagaz para intuir q la zona de menor riesgo es el corazón de la formación, un área privilegiada q no está al alcance de cualquiera, y q está reservada para los machos de mayor edad

La zona de menor confort, el borde de la formación es ocupada x las hembras y los machos más jóvenes. Sin embargo, la aparente debilidad se compensa por el hecho de q allí hay una mayor acumulación de individuos, formando lo q podríamos denominar un “efecto muro”

A través de modelos matemáticos se ha estudiado el comportamiento de bandadas de aves, enjambres de insectos, manadas de ciertos animales terrestres y cardúmenes de peces, buscando paralelismos. Al final, los expertos han bautizado al comportamiento común como “flocking” (del inglés flock, rebaño)

Desde el modelo matemático, el comportamiento “flocking” surge a partir de una serie de sencillas reglas, las cuales no implican ningún tipo de coordinación central. Entre ellas destacan tres: separación (evitando el impacto), alineación (adaptación al rumbo colectivo) y cohesión (orientación hacia el destino de la bandada)

Gracias al comportamiento “flocking” los estorninos se mueven como si fuera una entidad, cada movimiento se sincroniza en función de la percepción y de la distancia de los vecinos. ¡Cuánto tenemos q aprender los humanos de los estorninos!