Vasili Kamotski, un corpulento y
barbudo ganadero siberiano de 28 años y 168 kilos de peso, se ha proclamado
campeón absoluto del “Siberian Power Show” de Krasnoyarsk en la modalidad
de “bofetadas”. Lo ha logrado a sopapo limpio, aguantando con firmeza y resignación
las acometidas de sus rivales y siendo él quien los terminó noqueando después
de dejar sus rostros llenos de hematomas y puede q también con alguna lesión
cerebral
Según las reglas del duelo, los
contendientes se colocan uno frente al otro separados x una mesa, q les sirve
para sujetarse y no perder el equilibrio tras el golpe. Se decide con una
moneda al aire quién comienza y tras la primera bofetada, propinada
lógicamente con la mano abierta en al carrillo de su contrincante, le toca
después a él el turno de soportar el testerazo. Hay q sacudir y poner
alternativamente la otra mejilla hasta q uno de los dos se rinde o pierde el
conocimiento
De da la circunstancia de q Kamotski,
q se ha embolsado 30.000 rublos (410 euros) x su victoria acudió al
espectáculo como espectador sin la menor intención de participar. Pero, al
observar su porte, los organizadores le convencieron de q tenía enormes
posibilidades de ganar si competía. No se equivocaron. “No les pegué con toda
mi fuerza”, aseguraba el joven granjero, pero nadie lo diría viendo cómo sus
rivales salían catapultados hacia atrás después de recibir la bofetada
Respondiendo a preguntas de
periodistas locales, Kamotski asegura q “no soy pendenciero, nunca me he
peleado con nadie, soy una persona muy pacífica”. Según sus palabras, “tampoco
voy a ningún gimnasio. Antes sí, pero lo dejé x falta de tiempo”
La mecánica de este tipo de
enfrentamiento es idéntica a los duelos con pistola con lo q se
dirimían en Rusia y en otros países de Europa en el siglo XIX las afrentas de
honor. Se disparaban sucesivamente x turnos hasta q uno de los dos caía herido
o muerto
Kamotski, q tiene su hacienda en
Ilanski, poblado situado a pocos kilómetros al este de Krasnoyarsk, participó
también en un concurso de comer “pelmeni”, una especie de ravioli un poco más
grande relleno de carne, patata, salmón o repollo. Se dio un enorme atracón y
venció también. Había q devorar un kilogramo de esta pasta típica de
la cocina rusa en 10 minutos y los consiguió. En esta modalidad ya había
cosechado antes muchos premios. De ahí q le apoden con el nombre de “Pelmén”