Conocida popularmente como la Bóveda
del Fin del Mundo, esta construcción puede ser, x su contenido, su secretismo y
su ubicación ultrasegura, una de las más extrañas del planeta. Su sola
existencia podría dar argumentos para unos cuantos relatos de ciencia ficción.
Está enterrada a 120 metros de profundidad en el interior de una montaña helada
en una remota isla del archipiélago noruego de Svalbard y
contiene una cámara acorazada repleta de semillas q podrían alimentar
a los supervivientes de una hipotética catástrofe planetaria como un
fuerte cambio climático, una plaga devastadora o un apocalipsis nuclear. El
silo, inaugurado en 2008 x el gobierno de Noruega, cumplió este lunes diez años
con más de un millón de muestras de diferentes cultivos procedentes
de todo el mundo
La Cámara Global de Semillas de
Svalbard (Svalbard Global Seed Vault) es una especie de “arca de Noé”
vegetal. En su décimo aniversario, ha recibido más de 70.000 variedades de
cultivos, algunos duplicados de alimentos básicos como arroz, trigo y maíz,
y otros más exóticos pero también importantes, como el caupí, un tipo de
guisante q supone una importante fuente de proteínas en África y el sur de
Asia, junto con muestras de sorgo, mijo perla y guandú (frijol de palo)
Varios cultivos menos conocidos
también han viajado a la bóveda. Estos incluyen el maní Bambara, q se está
desarrollando como un cultivo tolerante a la sequía en algunas partes de
África, y la inusualmente llamada patata de cebolla de Estonia, q se
depositará junto con variedades de frijoles únicos en el país del este de
Europa
El primer año en el q la bóveda abrió
sus puertas como una instalación de respaldo para los bancos de semillas del
mundo recibió depósitos con más de 300.000 tipos diferentes de semillas. Las
entregas continuaron varias veces al año desde entonces, desde países a lo
largo y ancho del mundo, incluyendo Australia, Burundi, Colombia, Alemania,
India, Japón, Corea del Norte, Rusia, EE.UU. y muchos otros
“La agricultura enfrenta múltiples
desafíos x el clima extremo y las demandas de una población mundial q se
espera llegue a 10.000 millones de personas en 2050. Esto significa q es más importante
q nunca asegurar q las semillas, la base de nuestro suministro de alimentos y
el futuro de nuestra agricultura, se conserven de forma segura», indica Jon
Georg Dale, ministro noruego de Agricultura
Este tesoro natural se conserva a 18ºC
bajo cero en paquetes precintados q a su vez se colocan en cajas de aluminio.
La baja temperatura y el limitado acceso al oxígeno aseguran q los granos
mantengan una actividad metabólica baja y retrasa su envejecimiento. Además, la
cámara está preparada para soportar terremotos, explosiones nucleares,
erupciones volcánicas, potenciales incrementos del nivel del mar, etc... Y protegida
con puertas herméticas y detectores de movimiento de posibles intrusos. Según
la organización, la conservación de las semillas está garantizada durante
siglos. En caso de necesidad, la propiedad del material pertenece al banco de
genes o país q lo haya depositado. Nadie más puede sacar las semillas. Ojalá no
llegue ese día