sábado, 29 de septiembre de 2018

PRoYeCTo “CieNCia eN eL PaRLaMeNTo”…



Suele decirse e las sociedades van muy x delante de los parlamentos en los q delegan sus capacidades de organización y decisión. Es así, además en temas variopintos: de hecho, x lo general las leyes van a rebufo de lo q está en las calles… y cuando no es así, cuando tratan de imponer algo q no está ya bendecido x el uso o la costumbre, el circuito se traba. Obviamente dentro de esta máxima, hay grados. Xq, al fin y al cabo, no es lo mismo tener una opinión formada (y x lo tanto atreverse a legislar) sobre la idoneidad de adoptar otro huso horario al actual, q saber las implicaciones científicas y éticas q emanan de la posible manipulación genética de un ser humano. Sin ser lo primero desdeñable, estaremos de acuerdo en q lo segundo (si no se quiere opinar desde el dogmatismo o la ignorancia) tiene un mayor calado y exige un conocimiento especializado q, en la mayoría de los casos, los políticos no tienen (ni están obligados a tener)
Es aquí donde cobra relevancia la figura del asesor científico. Un papel cuya historia podemos rastrear muy atrás en el tiempo, aunque en nuestro país no exista actualmente. Xq… ¿q otra cosa era el alquimista Edward Kelley en la corte de Rodolfo II en Praga, sino un consejero en ciencias? Claro q en el siglo XIV las búsquedas eran distintas y la obsesión x la piedra filosofal desviaba a veces la atención. Pero fueron estos astrónomos, físicos, matemáticos y alquimistas quienes ayudaron a poner las piedras sobre las q se asentaría después la ciencia moderna. Para ello hizo falta la financiación de sus experimentos x parte de los reyes y un caldo de cultivo social dispuesto a admitir los cambios
En varios parlamentos del mundo ya existe un organismo formado x científicos encargado de asesorar a los políticos q además puede ser consultado de manera periódica x distintos temas. En España, sin embargo, no lo hemos desarrollado. Y esta ausencia se nota, en especial cuando se trata de legislar sobre temas complejos relativos a ciencia o tecnología (demasiadas mentes obtusas). Para intentar paliar esta situación (e incluso revertirla si es posible) un grupo de científicos ha puesto en marcha el proyecto “Ciencia en el Parlamento”, una iniciativa q tiene como objetivo q la ciencia y el conocimiento científico sean cada vez mas importantes en la formulación de propuestas políticas

Para lograr este fin, es importante q los responsables políticos y el sector de la ciencia, la tecnología y la innovación en España mantengan contactos regulares. Y una buena forma de comenzar es el primer evento #CienciaenelParlamenteo q se celebrará durante dos jornadas en el mes de noviembre y durante el cual expertos y políticos intercambiarán ideas sobre materias tan importantes como urbanismo, envejecimiento, robótica, ciberseguridad o medio ambiente entre muchas otras

Para Andreu Climent, cardiólogo y uno de los fundadores de Ciencia en el Parlamento, el objetivo último es conseguir q el método científico se instale en la toma de decisiones de los políticos, algo q en la actualidad no ocurre. De ahí q, de forma retórica, se pregunte “¿q pasa a la hora de diseñar una ley sobre cómo la inteligencia artificial debería implantarse. O sobre cómo la protección de datos debería estar utilizándose, o sobre el último avance genético para q nuestro país sea el primero q pueda tener ciertas terapias”. La respuesta, para él, parece obvia: “es el poder legislativo, el parlamento, el q tiene q prever q eso va a pasar y preparar las leyes de forma q podamos de verdad adaptarnos a un sistema en el q la tecnología y el conocimiento va avanzando”. Y avanzan, cabría añadir, a toda máquina y con una fuerza q terminará x llevarse x delante cualquier institución x no sepa cómo adaptarse a estos cambios