Esta ciudad,
antigua capital de la Alemania occidental hasta 1990 y sede del gobierno hasta
1999 ha sido un pequeño descubrimiento. Una ciudad más o menos tranquila, con
un montón de lugares de interés
Destaca la
casa donde nació Ludwig van Beethoven. Poder entrar en esa casa típica alemana
del siglo XVIII (x cierto, Patrimonio de la Humanidad) y pensar q entre esas
paredes se crió hasta los 14 años Beethoven, para después emigrar a Viena, me
fascinó. En ella se pueden ver instrumentos de la época con los q aprendió el
compositor a ser un gran genio, cartas escritas x él, partituras, retratos de
su familia y amigos… Me encanto poder haber conocido este lugar, lo recomiendo.
Encima con guía en español y plano de las diferentes estancias de la casa
Otro de los
lugares más bonitos de esta ciudad es en la plaza donde se encuentra la
catedral de San Martín (Bonner Münster), esta es la principal catedral católica
de Bonn. A escasos metros puede contemplarse una estatua de Beethoven. En este
tipo de ciudades es bonito perderse x el casco histórico para callejear entre las
estrechas calles de tiendas y descubrir lugares nuevos. Haciendo eso
conseguimos llegar hasta la plaza del mercado, donde precisamente había mercado
y se encontraba el antiguo ayuntamiento, un bonito edificio de estilo rococó
con la fachada gris y rosa y con una doble escalera exterior
Esta ciudad
es también universitaria, ya que destaca el impresionante edificio de tonos amarillos
(antigua residencia del príncipe elector de Colonia) q está pegando al lado del
jardín Hofgarten. Al fondo de dicho parque, se encentra el antiguo palacio de Poppelsdorf
(sede actualmente de la universidad) y a los laterales la avenida de
Poppelsdorf, donde flanqueada x inmensos castaños de indias, pueden verse casas
de estilo burgués del siglo XVIII
Después de
caminar, nos tomamos un rico café helado, tan típico de aquí. Yo cambié el café
x batido de chocolate… Q bueno estaba, sabia a Kinder!!! Para bajar la petrina después
de ese pequeño postre, una caminata por las orillas del inmenso rio Rhin para
más tarde pasear x los restos de lo poco q quedaba de la antigua muralla q
bordeaba a la ciudad antiguamente…
Además, todo
esto acompañado x un rico sol q hacía q se disfrutara muchísimo más de esta
ciudad. A la partida de esta ciudad y mientras cómo no, esperábamos al tren para
marcharnos, probé los ricos “Pretzel” con sal… Pfff q cosa más deliciosa!!!
Quiero un puesto de lacitos ya aquí en León!!! Jajaja