Matjaz
Gregoric, investigador asociado al Instituto de Biología Jovan Hadzi, el Centro
de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes,
acaba de hacer público un hallazgo sorprendente sobre los hábitos sexuales de
la araña de corteza de Darwin, Caerostris darwini, de Madagascar. Y es q esta
especie, en la q las hembras suelen ser varias veces mayores q los machos,
practica asiduamente el sexo oral. Los investigadores hallaron, además, un extenso
repertorio sexual entre estas arañas, q va desde el canibalismo (la hembra
devora al macho) o la mutilación de los órganos sexuales (los del macho) tras el coito. Pero la mayor
sorpresa fue comprobar q los machos de esta especie, de forma habitual, salivan
abundantemente sobre los genitales de su pareja antes, mientras y después de
consumar el acto sexual
El sexo oral
parece ser de obligado cumplimiento en la conducta sexual de esta especie, ya q
todos los machos lo practican con las hembras antes, durante y después de
copular con ellas, incluso más de cien veces durante cada
encuentro. Matjaz Kuntner, q también ha participado en el estudio, señala q
esta especie de araña es la q fabrica las mayores telarañas (y las más
duraderas) de la naturaleza. Y q este intrigante comportamiento sexual se añade
a las características únicas de la especie
Excepto en
los mamíferos, donde es bastante frecuente, el sexo oral es muy raro de
encontrar en el reino animal. Y aunque especies tan variadas como los macacos,
las hienas, los leones, los guepardos, los delfines o los murciélagos lo
practican con cierta asiduidad, lo más habitual es q se trate de felaciones. Los
cunilingus, como los que practica la araña Caerostris darwini, son mucho más
raros de ver. Y mucho menos entre las arañas
Gregoric y
sus colegas sugieren q el sexo oral a la q tanta afición muestran estas arañas
podría ser un mecanismo para aumentar las posibilidades de q el macho q lo
practica aumente sus posibilidades de paternidad, creando a través de su saliva
un “ambiente químico” q favorecería su propio esperma y bloquearía el de otros
machos rivales