Un equipo de
científicos chinos ha logrado secuenciar el genoma de gingko biloba, el árbol
más antiguo. Se trata de una especie extraordinariamente resistente y algunos
de sus ejemplares sobrevivieron incluso a la explosión de la bomba atómica de
Hiroshima, el 6 de agosto de 1945
La
investigación, publicada en “GigaScience”, ha sido llevada a cabo x un
equipo del Instituto de Biociencias de Pekín (BGI), la Universidad de Zheijiang
y la Academia China de Ciencias, q han abordado y analizado un genoma
excepcionalmente grande, totalizando más de 10.000 millones de “letras” de ADN
El Ginkgo es
considerado un “fósil viviente”, lo q significa q su forma y estructura han
cambiado muy poco en los 270 millones de años desde q nació. Dado su longevidad
como especie y posición única en el árbol evolutivo de la vida, el genoma del
ginkgo proporcionará un recurso extenso para los estudios referentes a las
defensas de las plantas contra insectos y patógenos, y el estudio de los
acontecimientos tempranos en la evolución del árbol y en la evolución en
general
Para estudiar
la extraordinaria biología del ginkgo a nivel genético y molecular, la
secuenciación de su genoma estaba en lo alto de la lista de deseos de los
biólogos de plantas. Sin embargo, debido a su tamaño, así como la presencia de
un enorme número de secuencias de repetición, el montaje de toda la secuencia
del genoma ha sido una tarea difícil
El genoma del
ginkgo se extiende sobre más de 10 Gb, q es 80 veces más grande q la
"planta modelo" del genoma de Arabidopsis thaliana. El genoma del
árbol es también más grande q otras especies de plantas conocidas x genomas
extremadamente grandes, como el maíz o las orquídeas
Wenbin Chen,
de BGI, explica algunas de las dificultades q tuvieron q superar: "Se
generó una gran cantidad de datos brutos (unos 2 Terabits) y la capacidad de
computación para el ensamblaje del genoma fue desafiada tanto x los enormes
datos como x la notable proporción de secuencias repetitivas, x lo q se
requería una cantidad increíble de memoria. El gran genoma del ginkgo puede
deberse a la duplicación completa del genoma y a la inserción de una proporción
notablemente alta de secuencias repetitivas, al menos el 76,58%, y los intrones
más largos entre todas las especies secuenciadas debido a inserciones de
elementos transponibles"
Cumplir con
el desafío de secuenciación valió la pena x una variedad de razones.
Ciertamente se relaciona con su estatus de “fósil vivo”, título compartido x
otras pocas especies, incluyendo el cangrejo de herradura y el nautilus. Como
el único representante sobreviviente de un grupo muy inusual de plantas no
florecientes q apareció hace al menos 270 millones de años, el ginkgo ha
conservado rasgos a lo largo de millones de años, como las hojas emblemáticas
en forma de abanico, q no se ven en ninguna otra especie de plantas
sobreviviente. Además tiene una posición muy única en el árbol evolutivo de la
planta
El profesor
Yunpeng Zhao, uno de los autores de la Universidad de Zhejiang, explica cómo
esta colocación evolutiva es de gran interés para los investigadores: "El
ginkgo representa uno de los cinco grupos vivos de las plantas de semilla y no
tiene parientes vivos. Y proporciona recursos genéticos clave para abordar
cuestiones evolutivas como las relaciones filogenéticas de los linajes
gimnospermas, la evolución del genoma y los genes en las plantas terrestres, la
innovación de los rasgos del desarrollo, la evolución del sexo, así como la
historia de la demografía y la distribución, la resistencia y la conservación
del ginkgo"
Los
investigadores también están fascinados x la resistencia del ginkgo bajo condiciones
adversas (vale la pena señalar q los ginkgos fueron uno de los pocos seres
vivos q sobrevivieron a la explosión del bombardeo atómico de Hiroshima)
Esta
resistencia probablemente ayudó al ginkgo a sobrevivir a períodos de glaciación
en China q mataron a muchas otras especies, y también puede promover la
longevidad de los árboles individuales, algunos viven hasta varios miles de
años, según los informes. El ginkgo también es capaz de defenderse contra una
amplia gama de atacantes, empleando un arsenal de armas químicas contra
insectos, bacterias y hongos