Much@s
os estaréis preguntando xq Django montó en mi coche, pues bien, la explicación es
muy sencilla. Había quedado con Muelis para llevarla a una tienda de venta de
cervezas artesanas y alternativas q hay en la zona del parking de la catedral
(Grifo distribuciones), xq le había hablado mucho y muy bien de lo buenas q
estaban las cervezas, y me dijo si podía acompañarla un día, y x supuesto q le
dije q si
Aunque
en un primer momento la idea era la de ir andando desde su nuevo piso, para
verlo e ir dando un paseo hasta allí, como los planes se cambiaron, Muelis y
Django vinieron paseando hasta allí, donde yo les esperaba con mi gente
Django
se puso muy contento al verme, xq se subió para darme un abrazo y se puso a
agitar la cola de alegría. Yo también le abracé y agité mi cola (uooohhh), xq
me gusta mucho Django, es muy bueno. Como no sabíamos si podíamos meter al
perro en el interior de la tienda, Muelis lo ató en unas maderas de la terraza
del bar “Taxman”, donde no apartó en ningún momento la mirada a la tienda… vigilábamos
desde el escaparate y le veíamos en la misma posición, como si pensara q íbamos
a abandonarle… (¡ESO NUNCA!)
Tras
saludarnos con David, el dueño, le hizo un pequeño interrogatorio a Muelis
sobre sus gustos de cerveza… Al final compró 6 latas y un vasín de regalo. Yo
también acabé comprando alguna latina más. Mi gente seguía hablando con David y
nosotros vigilábamos a Django, q seguía observando el escaparate sin apartar la
mirada de la puerta. Cuando salimos de allí, se levantó de la carretera y se
puso a mover de nuevo la cola de felicidad, ¡había vuelto su dueña!
Como
parecía q iba a comenzar a llover, nos acercamos en Copito hasta el nuevo piso
de Muelis y Ros. No era muy partidaria de q montase al chucho en el coche, xq
decía q me iba a llenar la tapicería de pelos, pero saqué la manta del “Ikea” q
llevo para situaciones de emergencia y la pusimos sobre los asientos traseros.
Django subió y cuando estuvimos dentro, inmortalizamos el momento… ¡Patata! Y Django
sonrió para la cámara del móvil Se portó muy bien dentro del coche, no ladró,
no se movió apenas e iba observando la ciudad desde la ventanilla, como una
vieja del visillo
Al
final, llegamos a casa, Muelis me enseñó su nueva morada y Django no dejaba de
estar juguetón, no paraba de traerme sus juguetes y de revolcarse en su cama. Quería
llamar la atención xq estaba contento x la visita. Como me tenía q ir pronto, Muelis
ganó un nuevo paseo de más tiempo x la ciudad… Q feliz esta Django con Muelis y
Ros, q bien le cuidan 😊