domingo, 22 de diciembre de 2019

GaLiCia CaLiDaDe II…



Dejamos atrás Santiago para ir recorriendo las Rías Baixas. Todo esto era nuevo para mí, ya q nunca había estado más al sur de Santiago

Una de las primeras paradas obligatorias fue en el pueblo de Iría Flavia, donde me sorprendió el museo de Camilo José Cela, el primer español en conseguir el premio Nobel de literatura en 1989. Un lugar idílico, donde enfrente del museo está el cementerio donde precisamente está enterrado, debajo de un olivo. Cogí una aceituna del suelo q tiene el arte de un premio Nobel. El museo me sorprendió para bien, ya q la colección alberga prácticamente todos los libros del escritor. La visita al museo estuvo genial xq nos la explicó el guía con mucho detalle y mucho gusto, pudimos charlar y preguntarle muchas curiosidades sobre Camilo. En el interior alberga también unas piezas de museo del ferrocarril, ya q el abuelo de Camilo fue no de los fundadores de la línea gallega de ferrocarriles en el Siglo XIX… No dejéis de visitar este museo si tenéis la oportunidad de pasar x aquí

El camino continuaba dirección esta vez al pueblo de Catoira. Yo desconocía la historia de este pueblo, pero es famoso xq en el primer domingo de agosto se celebra la romería vikinga. Merece la pena la visita de las torres del oeste, situadas sobre un promontorio pedregoso a orillas del rio Ulla. Un enclave único para la defensa del curso fluvial del rio para evitar ataques piratas vikingos y sarracenos hacia el interior de Galicia. En las fiestas se recrea una lucha pirata y luego se celebra una comilona con queso…

La siguiente parada fue en O Grove, para comer marisco. Como no, de los mejores lugares de Galicia. Q ricas almejas en su salsa, el pulpo a feira, el arroz con marisco, los postres… Ñam, quiero volver, jejeje

Fue una parada técnica, xq antes de llegar a Vigo, decidimos parar en un pueblo q me dejó impresionado con lo bonito q era, Combarro me dejó “maravillao”. Con esos hórreos a escasos metros de la playa y del puerto, eso no se ha visto en ningún otro lugar, q bonito. La cerveza en uno de los bares del pueblo junto con la empanada gallega fue como trasladarse a otro lugar

Ese ultimo tapeo en el pueblo de Combarro fue el q nos dio fuerzas para llegar a Cangas, para dar un paseo antes de irnos a descansar viendo el mar con una agradable temperatura, nada de lluvia aunque con bruma q impedía q se viese la costa viguesa…