viernes, 2 de agosto de 2019

XQ VeS P*** CuaNDo eS BeReNJeNa…



En “Facebook” se usan más de 700 millones de “emojis” cada día y en el mundo, alrededor del 7% de los mensajes q enviamos contienen al menos uno. El porcentaje forma parte de las conclusiones a las q llegaron un equipo de investigadores de las universidades de Michigan (EEUU) y Pekín (China), q analizaron más de 6000 millones de mensajes en redes sociales durante 2017. También descubrieron q de los 1.281 “emojis” existentes x aquel entonces, solo se usaban de forma frecuente 119

Cada año aparecen nuevos “emojis”. En 2019 se incorporarán 230, entre los q se incluyen un gofre, el mate o los perros guía. En 2018 se añadieron 157 y en 2017 fueron 51. Como la tendencia va al alza, entre los especialistas q se dedican a estudiar el uso de los emoticonos en el lenguaje se ha producido un pequeño cisma últimamente: x un lado se encuentran los q consideran a los “emojis” como una lengua visual emergente, capaz de sustituir a la escritura en el futuro, y x otro están los q creen q no hay peligro. Agnese Sampietro, investigadora en la Universidad Jaume I de Castellón, es de las segundas

"Realmente la lengua tiene mucha capacidad de codificación. O sea, con unos pocos sonidos podemos crear una cantidad increíble de palabras y, sin embargo, cuando nos comunicamos x imágenes, necesitamos una para cada concepto q queremos expresar", explica Sampietro. La especialista, cuya tesis gira en torno a los “emojis” y su uso en la comunicación actual, es tajante: "Hay cosas q no se pueden expresar con imágenes, como x ejemplo el paso del tiempo". Sampietro considera q los “emojis”, hoy x hoy, "todavía están muy ligados al texto al q acompañan"

En los últimos años, los lingüistas, los antropólogos y los psicólogos han tenido q ponerse de acuerdo para estudiar el fenómeno. Entre las conclusiones más destacadas está la de q usamos los “emojis” de manera similar a como usamos los gestos a la hora de hablar con alguien. También, Sampietro recuerda q fue en 2014 cuando supimos q los emoticonos transmitían emociones, "al menos en el caso de algunos básicos como la sonrisa :) o incluso la carita triste :( "

No solo emociones, también rostros humanos. El investigador Carlos Gantiva de la Universidad de los Andes (Colombia) presentó a finales de junio un estudio en el q demuestra q nuestro cerebro reacciona a los “emojis” de caras de manera similar a como lo hace cuando identifica una cara. "Esto ocurre xq el “Emoji” tiene unos rasgos, la nariz y la boca, q le hacen al cerebro verlo de forma más impactante incluso q un rostro humano", explica Gantiva a este medio

El proceso q lleva a cabo nuestro cerebro es el siguiente: primero identifica una cara, luego procesa el “Emoji” y finalmente vuelve a concentrarse en el rostro. "Es como si estuviéramos engañando al cerebro", continúa el investigador. Durante un instante, el cerebro cree estar viendo una cara cuando en realidad se encuentra ante un dibujo. Según Gantiva, esto ocurre xq estamos "sobreespecializados en la identificación de rostros" debido a la evolución

"La primera forma de comunicación, q de hecho aún permanece, está en ver el rostro de la otra persona: así identificas si tiene miedo, ira, tristeza...", explica el investigador. Nuestro cerebro tiende a ver caras donde no las hay: es un fenómeno denominado “pareidolia” y q todos hemos experimentado alguna vez. ¿Recuerdan haberles puesto caras a las nubes? Era pareidolia, exactamente lo mismo q sufrió María Gómez Cámara, la vecina de Bélmez (Jaén) q dijo haber visto un rostro humano mientras cocinaba en su casa una mañana de agosto de 1971 y q más tarde dio lugar a lo q popularmente se conoce como Las caras de Bélmez

"Los “emojis” lo q hacen es explotar esa sobreespecialización q tiene nuestro cerebro", concluye el investigador colombiano, q califica a los “emojis” como algo "transcultural". Sin embargo, los “emojis” no tienen un significado unívoco siempre, sino q varían entre los individuos y el país en el q se estén consumiendo. Si no, q se lo pregunten a los japoneses y a los estadounidenses

No está claro si fue en 1995 o 1997, pero lo q es irrefutable es q fue Japón la cuna de los primeros “emojis”. "Tienen una vinculación directa con el manga y los animes", continúa Sampietro. La investigadora recuerda el revuelo q se armó en 2009 con el primer conjunto de “emojis” estandarizados x “Unicode”, el consorcio q determina las reglas a la hora de incluirlos en “Android” e “iOS”: "Los americanos no querían poner un “Emoji” q representase a un excremento. Pero los japoneses se empeñaron xq para ellos evocaba un personaje de Dr. Slump [un manga] conocidísimo"

Si piensan en el manga japonés les vendrán a la cabeza los típicos dibujos con los ojos supergrandes. Sampietro cuenta q "la tradición de los emoticonos textuales" aparece reflejada también en los “kaomoji”, "donde la expresión emocional se transmitía preferentemente haciendo referencia a los ojos". Pero últimamente se están "occidentalizando", según la experta, debido a algunos malentendidos. Pone otro ejemplo: "Hace unos años había un “Emoji” q representaba una carita q parecía q estuviese apretando los dientes y tenía los ojitos cerrados. Los asiáticos no tenían ningún problema en entender q eso estaba relacionado con una emoción positiva, ya q en muchos personajes del manga y del anime eso es alegría o goce. Sin embargo, los occidentales veíamos la boca, q no tenía la comisura de los labios hacia arriba, y no la reconocíamos como una expresión de risa". Finalmente fue modificado

Otros países también han tenido problemas a la hora de reconocer el “Emoji” del melocotón como un melocotón, ya q en algunos como Australia, EEUU, Irlanda o Jamaica, entre otros, lo asocian al trasero. O la llama a estar "caliente" en vez de al fuego. La berenjena es otro de los “emojis” q causan controversia, ya q donde unos ven una simple hortaliza otros ven una referencia sexual. "Cuando nosotros interpretamos las imágenes también hacemos referencia a nuestro bagaje cultural. Y entonces, algo q para nosotros nos resulta superllamativo, igual para otra cultura no lo sería tanto", explica Sampietro

En los lenguajes cuyo alfabeto está compuesto a base de pictogramas como el chino o el japonés, la investigadora lo tiene muy claro: "En el mundo oriental hay mucha tradición de poesía visual, justo xq sus propios caracteres, su propia manera de escritura contempla más lo visual". En cambio, en el alfabeto latino o el cirílico, la dicotomía entre lo visual y lo textual se hace mucho más patente. "Todo este debate sobre si puede haber una regresión y volvemos a los jeroglíficos en Oriente no lo tienen. Para ellos, escribir x imágenes no es ningún tipo de regresión, somos nosotros los occidentales los q aún tenemos la influencia del positivismo", concluye Sampietro