Lo de observar al mundo animal cuando
nadie interviene en su comportamiento es fascinante, y a veces da lugar a
estampas tan surrealistas q parecen hechas x animación 3D. Pero no, aquí no hay
trampa ni cartón, habría q vernos a nosotros si nos cayera un objeto extraño
del cielo y no supiéramos q nos están grabando... Nadie olvidará nunca la q se
lió con los derechos del celebérrimo “selfie” del mono Naruto en
Indonesia, dado q el simio había pulsado el disparador, sí, pero la cámara
pertenecía al fotógrafo británico David J. Slater. La cosa se saldó,
finalmente, con un acuerdo extrajudicial según el cual el humano era el
propietario de la imagen viral, pero debería donar el 25% de los ingresos
futuros, q se prometen cuantiosos, a organizaciones de caridad dedicadas a
proteger y a mejorar el bienestar y hábitat del macaco
Esta vez no hay duda sobre la
propiedad de la última imagen viral con el mundo animal como protagonista. Y
eso, x falta de dedos para pulsar el disparador. El escenario es Auster
Rookery, una colonia de pingüinos emperador en la Antártida, cerca del centro
de investigación australiano Mawson, y el autor involuntario de la imagen es
Eddie Gault, miembro de la expedición de la División Antártica, q dejó una
cámara sobre el hielo para observar a los pingüinos sin molestarlos, pero no
contaba con su curiosidad...
Dos ejemplares encontraron el
dispositivo en el suelo y decidieron investigar, a ver q era aquella cosa, ¿se
comería? Golpearon la cámara y la giraron hacia el cielo, así q la imagen final
muestra a los dos pingüinos mirando directamente al objetivo, casi se les
puede imaginar preguntándose cómo narices había llegado esa cosa allí. La
División Antártica australiana ha compartido el divertido momento en las
redes sociales, donde ha encontrado la complicidad de decenas de miles de internautas.
Y es q en viralidad, a los animalitos no hay quien los gane