Antes de comenzar con el alegato,
tengo q decir q si, lo reconozco, mi estado físico es el peor de toda mi vida,
peor q el de un señor de 90 años… Y esto no puede seguir así, tengo q empezar a
remediar esta situación, xq no puede ser…
X fin, después de dos intentos
anteriores, el ansiado día llegó… Ese en el q iba a salir de ruta con el Sr. “X”.
La tarde pintaba bien, o eso creía yo, xq después de no sé cuántos años sin
montar en mi preciosa bicicleta (regalo de mi padrino Enrique x mi primera comunión)
una cosa me quedó clara. Es cierto q no se olvida montar en bicicleta… Ya lo
llevo en mis genes, jejeje
La ruta comenzó en Canaleja, yo nunca
había estado allí, nunca antes se me había perdido allí nada. No sabía q el
carril bici llegaba hasta ese punto, acariciando toda la ribera del rio Torio.
Allí nos enfundamos las bicicletas y comenzamos a pedalear. Al principio se me
hacía algo extraño, como q no manejase el manillar, jejeje, la bici se me iba
un poco hacia los lados, pero controlando en todo momento la situación. El Sr. “X”
estaba en todo momento a mi lado x si me cansaba o perdía las fuerzas (q más
tarde perdí, jejeje), cosa q le tengo q agradecer, xq creía q me podría dejar
tirado en cualquier momento
Poco a poco iba haciendo kilómetros, x
el carril bici hasta la zona de la Candamia. Algo sencillo, pues es prácticamente
llano… El problema vino cuando ya tuvimos q subir las primeras pendientes hacia
“Las Lomas”… Ahí quedó constancia de mi forma física… Una vergüenza absoluta xq
no podía subir esas escasas pendientes. Mis piernas marmóreas no daban más de sí,
jajaja, pero yo me paraba y descansaba unos segundos (hasta q mi corazón bajase
de las 300 rpm.) y de nuevo a pedalear… Así durante unas 8 veces. Pobre Sr. “X”,
creo q ha sido la ruta más aburrida q ha podido hacer, pero yo le advertí desde
el primer momento
Ya en lo alto, fue suavizándose la
cosa, algunas pendientes, pero nada semejante a lo vivido unos metros antes… Lo
mejor de la “excursión” estaba x llegar, yo en ese momento lo desconocía. Antes
de llegar a ese punto álgido, una primera bajada x un camino de piedras… Casi
dejo los dientes en dos ocasiones no consecutivas, pero controle la situación.
Además iba con la mejor protección del Sr. “X”, su casco de fibra de carbono,
ligero como el viento y resistente y tenaz como una cabra montesa. Al Sr. “X” le
perdí la vista, xq yo iba mirando hacia el suelo pedregoso, pero al finalizar
el camino, estaba haciendo calceta, jejeje
Fue en ese momento en el q me dijo si
quería seguir x los caminos o bajar x la carretera, yo me decanté x lo segundo,
x lo q fue uno de los mejores momentos en los q pude recuperar fuerzas mientras
bajaba contemplando las vistas de la ciudad de León. Ya en terreno firme, de
nuevo cogimos el carril bici q nos llevó hasta nuestro punto de partida,
Canalejas
Tengo q decir q el Sr. “X” se portó
muy bien en todo momento, me esperó, me dio muchos ánimos para seguir
pedaleando (buen “coach”) e hizo las dos horas y media de travesía muy
entretenidas. Me encantaría poder volver a repetir en un futuro en el q yo esté
algo mejor físicamente y resista x mucho más tiempo. La bicicleta tampoco fue
mi aliada, jejeje, y aunque le tenga mucho aprecio a mi regalo de primera
comunión, creo q no fue la adecuada para este “experimento”… Sin amortiguación,
con el sillín duro, un elevado peso, el manillar algo torcido y con un tamaño
nada adecuado para mi persona, hizo q terminase la ruta con un dolor de espalda
y de coxis demencial… Vamos, “pal arrastre”, jajaja
PD: Dar las gracias también a mis dos
salvadoras temporales. Sofí, x ser como una operadora del 112 y ponerse en
contacto con Herrezuelo para q la despertase de la siesta y me abriese las
puertas de su humilde morada… GRACIAS CHICAS :)
PD 2: Hoy apenas tengo agujetas en mis
piernas, x lo q ha quedado demostrado q si, q son marmóreas y no mortuorias,
jajaja