Sonó el despertador a las 9:30, no nos
costó mucho levantarnos ya q las camas eran muy cómodas, ¡como estar en casa!
Un placer, la verdad. Nos duchamos, vestimos, y bajamos a desayunar al salón.
El desayuno no tenía nada q envidiar a un hotel de 4 estrellas, pudimos probar
de todo. Postres caseros hechos x la dueña del hotel, huevo revuelto, bacón,
buñuelos, embutido, cereales, pan casero, cafés y zumos. Espectacular…
Nuestra primera visita fue ir hasta la
oficina de turismo de Covarrubias, donde decidimos hacer la visita guiada x la
villa. La guía q nos tocó, Marina, un encanto. Explicaba la historia muy amena
y de una manera nada monótona, q hacía q te metieras en ella de forma gradual
en tiempos de la edad media. La villa fue fundada x el rey visigodo Chindas Vinto
y es considerada la “cuna” de Burgos. El primer conde de Castilla, Fernán
González y su hijo, el conde García Fernández, convirtieron a Covarrubias en el
primer infantado de Castilla, allá x el Siglo X
El lugar donde comenzó la visita fue
en el edificio del Archivo del Adelantamiento de Castilla, construido en 1575 x
Felipe II, es de estilo herreriano con cierta decoración renacentista con
cierto aire burgalés. Seguimos x las callejuelas para adentrarnos hasta la
plaza mayor, donde se encuentra en la actualidad el ayuntamiento, lugar x el q
antiguamente se dice q era el palacio de Fernán González. La plaza consta de
algunos soportales q le dan un toque muy chulo a este rinconcito de la ciudad.
Seguimos pateando la villa para llegar hasta la iglesia de Santo Tomé, q
gracias a la visita, pudimos verla x dentro, ya q se encuentra cerrada. Fue una
gozada poder ver el interior, ya q guardaba tumbas en el suelo y una curiosa
escalera de estilo plateresco x el q los monjes bajaban a rezar en tiempos
remotos y donde los escalones estaban hundidos de usarlos. Ubicada en un lugar
muy entrañable del pueblo, al lado se encontraba la antigua botica, de la q no
puedes acercarte a tocar la puerta, pues sonará la alarma y pensaran los del
pueblo q vas a robar tomillo y otras hierbas magistrales, jejeje
Al salir de la iglesia el tiempo nos
dio una pequeña tregua, ya q salió el sol, x lo q hizo q la visita fuera mucho
más interesante. Pudimos seguir andando x sus angostas callejuelas para llegar
hasta la única parte de muralla q aún se conserva, ya q se derribaron
antiguamente para airear el pueblo cuando fue asolado x la peste… Al lado de
ellas, se encuentra el puente sobre el rio Arlanza y la torre de “la
emparedada”, recibe ese nombre xq se pensaba q Doña Urraca, hija de Fernán
González, estaba allí emparedada. Pero eso solo es una leyenda… Aunque tiene
una forma rectangular en donde la base parece más ancha y según crece, va
disminuyendo, las estancias en su interior son completamente contrarias. No
pudimos visitarlo, xq no nos daba tiempo a todo, pero hubiera resultado muy
interesante
Para acabar la visita, terminamos en
la Colegiata de los santos Cosme y Damián, del Siglo XV, donde enfrente de
ella, se encuentra la estatua de la princesa Kristina (aunque es en su
interior, donde se encuentran los restos de la bella princesa noruega, junto a
una pequeña campana q hay q tocar para poder encontrar pareja a aquellas
mujeres solteras q lo deseen), q en el año 1257 atravesó media Europa para
casarse con uno de los tres hermanos de Alfonso X el Sabio. Eligió al infante
Felipe, y aunque no pudieron tener descendencia, la joven murió en Sevilla para
luego ser trasladada a Covarrubias. La promesa q su difunto esposo le dio a su
mujer de construirle una capilla, se materializo 700 años después con la construcción
de la capilla de san Olav, a escasos dos kilómetros de Covarrubias
Aquí termino la visita q Marina nos
hizo, y nosotros, después de eso, decidimos seguir conociendo otros lugares de
interés x la zona… El primer destino q elegimos fue el monasterio de San Pedro
de Arlanza, donde sus ruinas nos dejaron impresionados (un poco menos a Óscar,
q huyó rápidamente al coche xq tenía frio, jejeje). Tras esta pequeña visita a
este maravilloso lugar, seguimos nuestro recorrido hasta Lerma, donde nos
daríamos un gran homenaje para comer, pero antes de eso, descubrimos otra de
las maravillas q esconde esta zona, el territorio Artlanza en Quintanilla del
agua…