Hace un par
de años, investigadores del University College de Londres desarrollaron una ecuación
matemática para medir la felicidad q destacaba la importancia de las
expectativas. El mismo equipo ha actualizado la fórmula con un nuevo factor.
Según explican, nuestra felicidad no depende solo de lo q nos pasa,
sino también de cómo les va a los demás. Dicen q las comparaciones son odiosas,
pero x lo visto no podemos evitarlas. E introducen dos sentimientos muy
humanos: la culpa y la envidia
El estudio,
publicado en “Nature Communications”, encontró q la desigualdad reduce la
felicidad en promedio. Este fue el caso si a una persona le iba mejor o peor q
a otra q acababa de conocer. En el experimento, los sujetos jugaban apuestas
para intentar ganar dinero y eran testigos de si otra persona ganaba o perdía
las mismas apuestas. En promedio, cuando alguien ganaba una apuesta era más
feliz si el otro también ganaba la misma apuesta q si perdía. Esta diferencia
podría atribuirse a la culpa. Del mismo modo, cuando un individuo perdía una
apuesta era más feliz si el otro también lo hacía, una diferencia q podría
atribuirse a la envidia
Nuestra
ecuación puede predecir con exactitud cómo la felicidad de la gente se basa no
sólo en lo que les sucede, sino también en lo q les ocurre a las personas de su
entorno. En promedio, somos menos felices si otros consiguen más o menos q
nosotros, pero esto varía mucho de una persona a otra. Curiosamente, la ecuación
nos permite predecir lo generoso q será un individuo cuando se le pregunta cómo
le gustaría dividir una pequeña cantidad de dinero con otra persona. Sobre la
base de cómo la desigualdad afecta exactamente a su felicidad, podemos predecir
qué individuos serán altruistas
Para el
estudio, 47 voluntarios q no se conocían entre sí completaron varias
tareas en grupos pequeños. En una tarea, se les preguntó cómo les gustaría
dividir de forma anónima una pequeña cantidad de dinero con otra persona q
acababan de conocer. En otra tarea, jugaron apuestas monetarias q podrían ganar
o perder, y se les dijo q iban a ver lo q otra persona recibía de la misma
apuesta. De esta manera, los sujetos podían obtener el mismo o diferente
resultado q el compañero, a veces más y a veces menos. A lo largo de este
experimento, se preguntó a los participantes sobre lo felices q se sentían a
intervalos regulares
Los
resultados mostraron q la generosidad de la gente no dependía de cómo o quién
era el compañero. Esto sugiere q las personas estaban actuando de acuerdo con rasgos
de personalidad estables en lugar de sentimientos específicos sobre otro
jugador. En promedio, las personas cuya felicidad se vio más afectada x
conseguir más q otros, algo q podría estar relacionado con la culpa, daban el
30% del dinero. Las q se sentían más afectadas x conseguir menos q los demás,
algo q podría relacionarse con la envidia, dieron sólo el 10%
Los
resultados sugirieron q la generosidad hacia los extraños describe cómo nuestra
felicidad se ve afectada x las desigualdades q experimentamos en nuestra vida
diaria. Las personas q dieron la mitad de su dinero cuando tuvieron la
oportunidad no mostraron envidia cuando experimentaron desigualdad en una tarea
diferente, pero mostraron mucha culpa. X el contrario, los q mantuvieron todo
el dinero para sí mismos no mostraron ningún signo de culpabilidad en la otra
tarea, pero sí mucha envidia. Esta es la primera vez q la generosidad de la
gente está directamente relacionada con cómo la desigualdad afecta a su
felicidad. Los economistas han tenido dificultades para explicar xq algunas
personas son más generosas q otras, y estos experimentos ofrecen una
explicación. La tarea puede resultar una forma útil de medir la empatía, lo q
podría arrojar luz sobre trastornos sociales como el trastorno límite de
la personalidad. Tales métodos podrían ayudarnos a entender mejor ciertos
aspectos de los trastornos sociales, como la indiferencia hacia el sufrimiento
de los demás