Mucha gente me había recomendado esta
ciudad portuguesa, Aveiro, conocida como “La Venecia Portuguesa” x sus canales…
Está de moda tener unos canales y denominarse así, pero no es Venecia y tampoco
es para tanto. La ciudad es pequeña y se puede recorrer en media mañana. No voy
a decir q no me ha gustado, xq estaría mintiendo, pero me he sentido un poco
engañado…
La llegada a Aveiro fue de noche, el
hotel se encontraba en una zona bastante nueva de la ciudad, con un pequeño
lago artificial a su alrededor, el palacio de congresos… Muy bonito, la verdad,
además se podía aparcar gratis afuera, jejeje, así q perfecto. El hotel disponía
de spa (q no tenía ni idea) y después de estar caminando todo el día, ¿q mejor
manera de disfrutar para finalizar el día q debajo de unos chorros de agua?
Tengo q decir q los chorros no tenían mucha potencia, pero x lo q valió y q la
piscina estuvo el 90% disponible para mí, no voy a decir nada al respecto… Eso
sí, q arreglen el suelo de la piscina y le echen “Super glue” q se estaba
levantado…
Nuevamente el día amanecía gris, no llovía
pero amenazaba con caer agua a cascoporro, pero la temperatura era buena,
aunque yo q soy friolero, con mi corta vientos iba feliz paseando x la ciudad.
La primera parada, x su cercanía al hotel, fue su catedral. Otra vez llamando
catedrales a edificios q yo los consideraría iglesias, jejeje
A medida q uno se iba adentrando en el
centro, iba viendo más movimiento y multitud de personas. El centro, la plaza
de Humberto Delgado es un lugar muy bonito con sus típicas casitas azulejadas y
con un tono gris q le da ese toque de decadencia, pero q no deja de perder su
encanto. Aquí se amontonan en el canal, muchos “moliceiros”, las embarcaciones típicas
de la ciudad donde antiguamente se transportaban algas para hacer abonos, en
las q pueden montar en ellas x un “módico” precio y recorrer a través de ellas,
los canales de la ciudad
No sé si en otras embarcaciones te
daban guía o q, pero en la q yo tuve el gusto de montar “Viva a Ria”, valió 10
euros. No es q sea caro, pero las vistas a través de los canales en los q no
había nada q ofrecer a la vista, fue un poco “engaña bobos”, ya q parte del
recorrido lo había hecho antes a pie hasta llegar allí. No hay nada q pueda
sorprenderte a través de este viaje. Un centro comercial, un hotel (coincidía q
era en el q yo estaba hospedado), un edificio q simula un crucero, una
autopista, una escultura oxidada de metal de una rotonda… Vamos, q hacen
negocio a costa de los turistas q picamos en montar para no ver nada
interesante… ¡He picado! Encima el tour no era en español, más bien en
portuñol, jajaja
Tras bajar del Moliceiro, poco más había
q visitar en esta ciudad, x lo q para hacer tiempo, lo mejor q se podía hacer
era sentarse a comer en un pequeño bar de la “Praça Peixe”, y comer el típico bacalao.
Me gustó el plato y me gusto el postre, una delicia típica de Aveiro llamado “ovos
moles”, q no deja de ser una hostia q envuelve una rica yema. Para bajar la
barriga, ¿q mejor forma de hacerlo q yendo de tiendas para poder comprar alguna
cosa típica de la zona? Si algo bueno tuvo montar en el “Moliceiro patraña” fue
q nos descontaban un 10% en una tienda al comprar productos típicos de la zona…
Quizá me llamó más la atención los
animales marinos hechos en ganchillo q colgaban a lo largo de la calle de Batalhao
de caçadores y le daban un toque original a la ciudad, q el propio canal en sí,
jajaja
Aveiro es conocido x tener cerca la
playa, y sus casitas de colores de rayas… Así q hasta allí q fui. El día
soleado y caluroso q dejé en Aveiro se transformó en nublado y con chiribiri…
Una pena, xq yo tenía pensado meterme en el agua del Atlántico en pleno
octubre, jejeje. La Praia da Costa Nova es la de la estampa típica con sus
casitas rayadas de colores. Un lugar muy bonito y en el q me hubiera gustado
poder disfrutarlo más