sábado, 10 de febrero de 2018

LaS HaLoMoNaS TiTaNiCae Se CoMeN aL TiTaNiC…


El 10 de abril de 1912, en su viaje inaugural, el trasatlántico “RMS Titanic”, el mayor barco de pasajeros del siglo XX, partió de Southampton con destino a Nueva York. Tan sólo cinco días después se hundió al chocar contra un iceberg en las gélidas aguas del océano Atlántico Norte, frente a las costas de Terranova

A pesar de q la tragedia se cobró la vida de más de 1.500 personas, en términos de pérdidas de vidas humanas, no ha sido el mayor naufragio de la historia. El record lo ostenta el trasatlántico alemán Wilhelm Gustloff, hundido a finales de enero de 1945 x los submarinos rusos y con más de 10.000 refugiados alemanes a bordo

El “Titanic” estuvo en paradero desconocido hasta q en 1985 Robert Ballard, un oceanógrafo de la Universidad de Rhode Island, en Narragansett (Estados Unidos), lo descubrió x casualidad mientras participaba en una misión secreta de la armada estadounidense

El pecio se encuentra a 3.800 metros de profundidad, en una total ausencia de luz y soportando elevadas presiones. Estas variables han permitido q su estado de conservación haya sido envidiable, tan sólo presentaba algunos carámbanos alargados y oxidado, a modo de estalactitas, de color rojizo, llamadas rusticles. Desde hace unos años su suerte ha cambiado, su casco ha comenzado un proceso imparable de corrosión y en la actualidad no es más q un pecio oxidado q descansa en el fondo del océano

En 1991 un grupo de científicos canadienses recogieron muestras herrumbrosas del “Titanic” y al analizarlas descubrieron atónitos q allí había vida, no sólo reacciones químicas. Tardarían casi veinte años en llegar a descubrir q se trataba de una especie de bacterias desconocidas hasta ese momento, unos microorganismos comedores de hierro a los q se bautizó con el nombre de Halomonas titanicae

Se trata de unos seres vivos q tienen unas características asombrosas, viven en ambientes muy hostiles, a temperaturas muy bajas (entre 2 y 3ºC), y con un escaso aporte de nutrientes. En otras palabras, el cadáver del navío es un auténtico edén para estas especies de bacterias

X sorprendente q pueda parecer estas microscópicas bacterias podrían acabar en las próximas décadas con las 50.000 toneladas de hierro q componen la estructura del trasatlántico. Las “bacterias del “Titanic”” tienen una capacidad destructora descomunal, se dedican a “picotear” lenta pero incansablemente el pecio hasta q consiguen q el metal se haga inestable

Estas bacterias se alimentan también de las ventanas, de las escaleras y de cualquier estructura de hierro del transatlántico, como pueden ser las calderas. Tan sólo el bronce permanece a salvo de su insaciable apetito. Con el paso del tiempo el mítico trasatlántico se convertirá en un amasijo de hierro irreconocible

Afortunadamente, no todo son malas noticias, estas Halomonas, q han sido ignoradas x el hombre durante siglos, se pueden emplear como incansables trabajadores al servicio de la humanidad, con ellas podemos reciclar estructuras de hierro a grandes profundidades, desmantelar viejos restos de navíos, submarinos o plataformas petrolíferas