Tal
y como recoge la “BBC”, en el año 1964 el microbiólogo Georges
Nógrády, uno de los 40 médicos y científicos q habían llegado de Canadá en
diciembre de aquel para estudiar la cultura, medio ambiente y enfermedades de
ese excepcional lugar, decidió investigar x q los lugareños no sufrían tétanos,
pese a caminar descalzos en una tierra llena de caballos, es decir, las
condiciones ideales para la infección
Nógrády
sólo encontró esporas de tétano en una de las 67 muestras q tomó, pero
esas muestras llegaron a manos de los científicos de la firma farmacéutica “Ayerst”,
en el año 1969
El
microbiólogo Surendra Nath Sehgal y su equipo consiguieron aislar los
microorganismos de la tierra de la isla de Pascua, q se reprodujeran y luego
analizar las sustancias q producían
Una
de ellas, la bacteria “Streptomyces hygroscopicus”, produjo un compuesto,
un producto natural aislado en 1972 q fue bautizado como rapamicina, en
honor a Rapa Nui, el nombre con el q los indígenas de se referían a su isla
Descubrieron
q esta bacteria inhibía el crecimiento de hongos, pero también "era
inmunosupresor así q dejaba la parte del cuerpo tratada sin defensas. Imagínate
q tienes una infección fúngica en tu mano y te aplicas una crema de rapamicina:
mata los hongos pero probablemente te dará una infección bacteriana", dijo
a la “BBC” Ajai Sehgal, director de Datos y Análisis de la Clínica
Mayo e hijo de Surendra Nath Sehgal
"Él
(su padre) sabía q tenía una actividad inmunosupresora muy agresiva, y también,
q era una droga muy segura pues no se podía encontrar el nivel tóxico. Es
decir: normalmente lo q se hace es darle a un ratón más y más y más dosis del
medicamento hasta q muere, y así encuentran el nivel máximo seguro. Pero
en el caso de la rapamicina nunca encontraron el nivel tóxico pues los ratones
nunca morían", explica, en una época en la q los inmunosupresores
"eran todos altamente tóxicos"
Además,
Sehgal observó q la bacteria tenía propiedades novedosas: podía impedir q las
células se multiplicaran, lo cual podía ser importante en la lucha contra
el cáncer
Pero
x desgracia, la compañía “Ayerst” no vio negocio en el desarrollo del fármaco y
decidió suspender las investigaciones. Pero el doctor Sehgal reaccionó rápido:
"Lo metió en pequeños frascos de vidrio, se los llevó a la casa y los puso
en el congelador de mi madre, marcados con una etiqueta q decía: NO COMER,
pues parecía helado", revela Ajai Sehgal
"El
congelador llegó al sótano de su nueva casa en Princeton, sin explotar y con
todas las muestras intactas, y ahí se quedaron durante unos 5 años",
añade el hijo del científico
Ante
el problema de los problemas de los rechazos en los trasplantes de órganos,
surgió la necesidad de un inmunosupresor. Sehgal recordó sus muestras
congeladas y propuso a la nueva gerencia de la empresa probar con la rapamicina
"En
ese momento él no tenía idea si las muestras q estaban en el congelador seguían
vivas, si podía producir más rapamicina a partir de ellas: es como la masa
madre para hacer pan, o el cultivo iniciador del yogur. En el laboratorio
comprobó q habían sobrevivido. A partir de lo q mi padre guardó se crearon
lotes nuevos para hacer los estudios", dice Ajai Sehgal
Tras
varios estudios, en 1999 el Comité Asesor de la FDA hizo una recomendación
unánime para la aprobación del Rapamune, el inmunosupresor desarrollado x el
doctor Sehgal y su personal q le ha reportado ganancias multimillonarias a
“Wyeth-Ayerst” y, desde 2009, a “Pfizer”
La
historia no se queda ahí. El doctor Sehgal fue diagnosticado con cáncer de
colon metastásico en 1998. Tras el primer año de quimioterapia q no podía
tolerar, lo estaba matando, decidió suspenderla y empezar a tomar rapamicina.
Él sabía q suprimía tumores; el tumor es una célula rebelde q crece sin
control y la rapamicina se lo impide. Estaba experimentando en sí mismo, pero
le habían dado sólo seis meses de vida, así q no podía empeorar mucho más la
situación", recuerda su hijo
"Se
mejoró. De hecho, vivió una vida buena durante 4 años, pudo conocer a sus
nietos y ellos a él. Y un día, en un viaje a India para dar conferencias, le
dijo a mi madre: 'Me siento bien, pero nunca sabré si es la rapamicina lo q me
está manteniendo vivo a menos de q deje de tomarla'. Y eso hizo. En
cuestión de 6 meses, el cáncer invadió todo su cuerpo y eso fue todo, se
acabó. En su lecho de muerte me dijo: 'lo más estúpido q hice fue dejar de
tomar mi medicina'. Pero esa era su naturaleza. Era un científico y necesitaba
saber", recuerda su hijo
"Además,
estaba tratando de convencer a otros de q iniciaran los ensayos clínicos para
el cáncer, y estaba emocionado pues, básicamente x lo q hizo, xq él documentó
todo, así fue. Trabajó hasta el final. El día antes de morir, estaba
escribiendo un artículo en la cama abogando x las propiedades antitumorales de
la rapamicina", señala Ajai Sehgal
Hoy
en día se sigue trabajando en el estudio de la rapamicina y se usa en
terapias contra el cáncer, como inmunosupresor y otras aplicaciones