Cuando el suelo está seco y comienza a
llover el aire se impregna de un aroma agradable y característico, el olor a
lluvia o petricor. Su origen está en un compuesto q se conoce como geosmina,
y q es una molécula producida x unas bacterias inofensivas y muy
abundantes en el suelo: las Streptomyces. Según concluyeron en 2015
científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), parece ser q
cuando una gota de lluvia aterriza en el suelo, genera unas burbujas q
facilitan q esta molécula se disperse en forma de aerosol
Pero no solo eso. En 2015 también se
comprobó q el impacto de las gotas de lluvia es capaz de producir aerosoles
repletos de bacterias y virus presentes en el suelo. Ahora, en un artículo
publicado en “Nature Communications”, los mismos investigadores del MIT han
comprobado q la lluvia es un medio fantástico para la dispersión de las
bacterias, xq cada gota puede estar cargada con miles de microbios y viajar
distancias considerables para ellas. Además, han averiguado q la lluvia
moderada y los suelos arenosos y calientes (a unos 30 grados) son los mejores
para conseguir la máxima dispersión
La mayor parte de las bacterias, y en
especial las q viven en el suelo, son inofensivas para el ser humano, x lo q
respirar el inocente olor a lluvia no tiene ningún riesgo. Pero este trabajo
tiene implicaciones a la hora de entender cómo se debe controlar los patógenos
q atacan a las plantas. “Hemos descubierto q la lluvia puede dispersar los
microbios más lejos. Y q los aspersores también pueden hacerlo. Así q esto
tiene importancia a la hora de intentar contenerlos”. Los investigadores han
concluido q, en total, las lluvias pueden ser las responsables de la dispersión
de entre el 1 al 25 % de todas las bacterias del suelo
La investigación comenzó cuando
científicos británicos compartieron sus sospechas de q la lluvia parecía estar aumentando
la frecuencia de las infecciones de meliodosis. Esta es una infección pulmonar causada
x una bacteria patógena conocida como Burkholderia pseudomallei, y
suele aparecer en países del sudeste asiático y al norte de Australia
Los investigadores británicos
encontraron un aumento considerable en el número de infecciones q aparecían
después de la lluvia, y sugirieron q esta bacteria podía ser dispersada x las
gotas. X eso, decidieron averiguar si en general la lluvia era un mecanismo
importante para la dispersión de bacterias
Para comprobar esta hipótesis en el
laboratorio, trataron de reproducir allí seis tipos de suelo y la dispersión de
tres especies (inofensivas) de bacterias. Además, simularon distintos
tipos de lluvia cambiando la altura desde las q dejaban caer las gotas, y
cambiaron las temperaturas del suelo para tener en cuenta el efecto del clima,
(entre otras cosas, el calor facilita la dispersión de aerosoles y compuestos volátiles).
Después de hacer caer las gotas sobre una superficie impregnada x bacterias,
recogieron las gotas de los aerosoles en un disco, y luego las trasladaron a un
medio de cultivo
Así observaron q las temperaturas
típicas de la superficie en las regiones tropicales, q puede rondar los 30
grados, promueve la dispersión de bacterias. Los suelos arenosos y arcillosos,
aumentan la generación de aerosoles, pero, en el extremo contrario, la arena es
la q más absorbe las gotas antes de q puedan elevarse. X último, los
investigadores concluyeron q la lluvia ligera es la q más dispersa las
bacterias
Ya han anunciado q estudiarán con
mayor profundidad este asunto para averiguar hasta q punto la lluvia influye en
las infecciones en humanos, animales y plantas. Podrían saber así q pasa si la lluvia
cae sobre superficies q puedan estar cargadas de patógenos (heces, cadáveres,
etc), o si los microbios dispersados x la lluvia pueden estar influyendo
en el clima. ¿Llegan a ascender a la atmósfera y a participar en el proceso de
formación de nubes o en la nucleación del hielo? (Ambos requieren q las
pequeñas partículas del agua comiencen a unirse y a formar moléculas mayores,
pero algunas moléculas pequeñas deben actuar como semillas para arrancar el
proceso)
Curiosamente, el olfato humano es
extremadamente sensible al olor a lluvia. Algunos investigadores han averiguado
que varias culturas lo asocian al color verde. Incluso, han llegado a sugerir q
el hecho de q este olor resulte placentero y evocador puede estar
relacionado con cuestiones evolutivas, ya q este aroma marcaría el comienzo de
la lluvia y el crecimiento de las plantas, x ejemplo, después de una época seca