Las
calles se hacen más frías, sin ese calor de la gente, sin esas cañas a ultima
hora de la tarde tras un duro día de trabajo, sin esas conversaciones entre
amigos, sin esas risas… Algunos hosteleros no se rinden y abren de puertas
hacia afuera para servir algún q otro café o alguna caña e intentar hacer algo
de caja. Nada será comparable a hace unos cuantos meses, cuando hacían cajas
considerables y más cuando se acercan estas fechas, de pleno consumo navideño
Nosotros,
los humanos, la especie más avanzada q habita en la Tierra q nos creíamos intocables,
inteligentes y superiores, hemos sido doblegados x un virus de apenas 500
nanómetros… Es curiosa la reflexión ¿verdad? El pequeño virus ha paralizado el
mundo y ha cambiado x completo nuestra forma de vivir trastocándola de arriba a
abajo. Es ahí cuando una parte de esos humanos tan avanzados, han pensado q la
vida hay q intentar llevarla de otra manera, hacer grandes las cosas pequeñas,
disfrutar de los minutos como si fueran horas y sacarle el máximo partido a los
placeres q realmente merecen la pena
Ayer
x la tarde, tuve el placer de pasear x ese León triste sin alma con mi amiga
Lauris. Esas escasas horas las pasamos genial, xq hemos comprendido q ese
jodido y maldito virus no va a cambiar nuestras ganas de vivir la vida. X eso,
pedimos un rico y calentito café en uno de esos bares de siempre q están luchando
como el q más y q no se rinde, para poder disfrutar x nuestro querido León, x
esas preciosas calles q aunque sin bullicio, tienen un verdadero encanto q las
hace únicas, y para reír y poner un poco de sonidos alegres en ellas
Q
mejor estampa para poder hacer un brindis x nuestros hosteleros q la
maravillosa plaza del grano de León. Todo esto pasará y volveremos a vernos en
nuestras tabernas y bares favoritos, tapeando y volviendo a disfrutar de lo q
verdaderamente nos gusta, veros felices con vuestros locales llenos, xq eso
caracteriza a nuestra hermosa ciudad
¡Va
x todos vosotros!