martes, 5 de noviembre de 2019

uN CieNTíFiCo eN eL SuPeRMeRCaDo…



¿Para q sirven unas vacaciones de Navidad? Muchos dirán q para descansar, otros q para ver a la familia y unos cuantos solo verán el momento de disfrutar de enormes comilonas regadas de buenos caldos. Sin embargo, José Manuel López Nicolás ocupó su tiempo en reflexionar acerca de la ciencia q esconden las pequeñas cosas. Este catedrático en Bioquímica y Biología Molecular x la Universidad de Murcia (así como responsable del famoso blog de ciencia “Scientia”) ideó durante una estancia de diez días en su “pequeño rincón del Mediterráneo”, Dehesa de Campoamor, el germen de “Un científico en el Supermercado” (Planeta, 2019)

Utilizando como hilo argumental aquellas vacaciones y conversaciones con su hija, con su abuela o incluso con un gato callejero, López Nicolás introduce temas tan dispares como las matemáticas detrás del flamenco, la óptica tras de la visión de los toros de lidia o la farmacología q esconde la melena rubia de Donald Trump. Una excusa perfecta para comprender mejor la dinámica del mundo q nos rodea de forma amena y sencilla. Aquí algunos ejemplos

La melena rubia de Trump: La finasterida es uno de los fármacos más conocidos para luchar contra la calvicie y es el “truco” detrás de la cabellera rubia de Donald Trump. Su funcionamiento es “simple”: bloquea una enzima q transforma la hormona testosterona en otro metabolito q activa la calvicie. “Su uso es controvertido x la posible aparición de efectos secundarios relacionados con la disminución del apetito sexual y con trastornos de erección y la eyaculación. Pero estos no están nada claros, ya q quizá se deban a la edad y no al fármaco”

No es el único remedio q la farmacología ofrece contra la temida caída del pelo: el minoxidil, q originalmente se utilizaba contra la hipertensión, mostró q también podía estimular el crecimiento del cabello, pero en forma de loción para no alterar la tensión arterial. Recientemente también se están probando tratamientos con plasma rico en plaquetas o la inyección de células madre, “aunque aún no hay pruebas científicas suficientes q avalen su eficacia”

Las matemáticas detrás del flamenco: Aunque se conoce desde hace mucho la relación entre la música y las matemáticas, existe una parte y determinados estilos en los q es más difícil “meter mano” a los patrones. Es el caso del flamenco. Para encontrar las repeticiones y los números detrás del cante, el toque y el baile, el catedrático en Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Sevilla José Miguel Díaz-Báñez creó el proyecto “Cofla”, la mezcla entre computación y flamenco y cómo los algoritmos, la psicología, el procesamiento de señales de audio y, x supuesto, los números, pueden “ser útiles para la docencia, divulgación y conservación del arte flamenco”, explica López Nicolás

Y no fue el único, ya q la cantaora y científica Rocío Márquez Limón escribió su tesis sobre resonancia cinemática en base a su pasión: el cante. Así, descubrió q el cuerpo de un cantaor define la forma en la q canta flamenco, lo q explica q se pueda interpretar de tantas formas independientemente de las técnicas aprendidas. “Para un buen funcionamiento del aparato vocal es fundamental una correcta respiración y la consecuente activación de la faja abdominal”, cuenta el divulgador. “Sin embargo, hasta q el aire no pasa x las cuerdas vocales y resuena en la cabeza, no acaba de definirse el “color” del sonido”

El color con el q ven los toros de lidia: Ríos de tinta han corrido sobre la visión del toro de lidia: hay quien dice q no puede ver a tres metros de distancia, lo q supone q, si el torero se coloca lo suficientemente cerca, no será visto x el animal. Sin embargo, un estudio del investigador Matteo Lo Sapio afirma q la exclusión visual en un toro cuatreño (de cuatro años) es de 40 centímetros, x lo q sí distinguiría al diestro y el hecho de q no embistiera está más relacionado con la sumisión del toro q con motivos visuales. Es decir, la visión de este animal es reducida, pero si no ataca al torero no es xq no le pueda ver

X cierto, la leyenda urbana de q estos animales solo responden al color rojo, es un mito: “El animal reacciona al movimiento, no al color. Un toro ve en tonos verdes, azules y rojos, pero en una tonalidad distinta a la q conocemos”, se especifica en el libro