A pesar de su mala prensa, la mayoría
de las bacterias no causan enfermedades. Casi todas son solo seres microscópicos
q pasan desapercibidos pero q ocupan un papel totalmente central en la
naturaleza: son fundamentales para el funcionamiento del suelo (un entorno vivo
donde los nutrientes y la energía circulan), de los océanos y de los propios
seres vivos. Además, los ancestros de las bacterias de hoy permitieron q
nacieran las células complejas de animales y plantas. Si hoy hay oxígeno en la
atmósfera es gracias al “trabajo” de estos microbios, q lo produjeron hace
miles de millones de años
Aparte de esto, y, aunque las
bacterias son realmente pequeñas y sencillas, resulta q tienen algo
parecido a un “olfato”, q les permite captar señales químicas en sus
alrededores. Un estudio presentado en la revista “Science” x
investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza) e Indiana (Estados Unidos)
ha demostrado q, además, al menos algunas bacterias tienen un sentido del tacto:
son capaces de reconocer superficies y responder a estímulos mecánicos en
apenas unos segundos. Este mecanismo es usado x los patógenos q colonizan y
atacan a sus víctimas, así q comprenderlo puede resultar muy útil para tratar
enfermedades
Sabemos muy poco sobre cómo las
bacterias leen los estímulos mecánicos y sobre cómo cambian su comportamiento
en respuesta a esas señales. Usando la bacteria no patogénica Caulobacter como
modelo, el grupo fue capaz de demostrar q las bacterias tienen un "sentido
del tacto". Este mecanismo las ayuda a reconocer superficies y a inducir
la producción de un adhesivo en las células (lo q les permite pegarse a los
tejidos de su víctima para poder atacarlos)
Las bacterias viven en un increíble
mundo microscópico, donde un grano de arena es como un pequeño mundo y donde
cualquier resquicio puede ser un oasis para vivir y reproducirse. Entre todos
los mundos habitados x ellas, el cuerpo humano es realmente un Universo
paradisiaco pero también lleno de peligros. Aquellos microbios “q se ganan la
vida” atacando al humano tienen apenas unos segundos para “posarse” sobre la
superficie del tubo digestivo o de un pulmón antes de iniciar su ataque
Los investigadores de la Universidad
de Basilea y de la Universidad de Indiana han analizado q pasa en los segundos
críticos en los q una bacteria, llamada Caulobacter, deja de nadar y
se posa sobre la superficie de un tejido q pueda ser atacado
Todo gira, nunca mejor dicho, en torno
al flagelo, una especie de hélice q gira en el cuerpo de estos microbios y q
les permite nadar (normalmente hacia un lugar q les resulta interesante), y en
torno a los pili, unas estructuras con forma de pelo q también les
permiten moverse. Tal como han observado, cuando estos filamentos tocan alguna
superficie, un flujo de iones de hidrógeno q los mantiene en funcionamiento se
interrumpe. Esto activa una cascada de reacciones en la bacteria en tan solo
unos segundos. En respuesta, comienza a producir unas moléculas de
adherencia a superficies q le permite a las bacterias anclarse a las
células q necesita atacar para sobrevivir
Aunque Caulobacter es una
bacteria inofensiva, nuestros resultados son muy importantes para comprender
las enfermedades infecciosas. Si queremos controlar y tratar mejor las
infecciones, es obligatorio comprender mejor los procesos q ocurren durante los
primeros segundos posteriores al contacto entre bacteria y superficie
Después de q se establezca este
contacto, Caulobacter comienza a trabajar en formar una biopelícula,
una estructura multicelular en forma de lámina en la q las bacterias viven
en comunidad y q está detrás de cerca del 65% de las infecciones humanas. Estas
biopelículas se forman, x ejemplo, durante las infecciones de legionelosis o
cólera, entre otras muchas, y pueden afectar a catéteres en hospitales o a
tuberías de suministro de agua. X otro lado, estas biopelículas son también la
clave q permite el crecimiento de los microbios q viven en el intestino o los
suelos, x ejemplo
En esta ocasión, los investigadores
han sido capaces de burlar a las bacterias y hacerlas creer q estaban ante una
superficie q les interesaba infectar. Pudieron engañar y ver con claridad la
respuesta de las bacterias gracias a una técnica de fluorescencia q hacía
brillar sus apéndices
A continuación, los investigadores analizarán los mecanismos q relacionan el movimiento de la bacteria con su capacidad de adherirse a superficies. Cuanto más se comprendan estos mecanismos mejor podrán manipularse los procesos para evitar daños a la gente y a las propiedades