Y
llegó el día, ese día q tanto esperaba. Estaba en la ciudad de Vigo, el día era
espectacular, soleado, buena temperatura, nada de frio… La mejor ciudad de
España en cuanto a iluminación navideña… El listón estaba alto, pero bueno,
había todavía q esperar, xq aun era de día, jejeje
La
primera visita fue al museo de arte contemporáneo “MARCO”, el edifico esta en
plena calle del príncipe, x lo q es el centro, centro. Abarrotado de gente en vísperas
de las ultimas compras navideñas. Otra de las cosas q tenia ganas de conocer en
esta ciudad era el “Dino seto” o “Seto saurio” (como guste la gente en ponerle
nombre en la puerta del sol, jejeje, me partía de la risa al verlo. En esa
misma plaza fuimos a tomar algo de tapeo. Una cerveza acompañada de unos ricos
huevos revueltos con chichos, una tosta de queso de cabra con nueces y un secreto
ibérico hizo q la boca se nos hiciese agua con lo bien q comimos
Con
el estomago lleno se visita mucho mejor la ciudad, así q nos pusimos a conocer
el famoso mercado de la piedra, el paseo x la zona del puerto, la concatedral, el
monte de O castro, la zona de la lonja… Todo lo q podíamos ver tenia luces de
navidad x las calles, era una autentica gozada, pero aun no estaban encendidas,
ya q la noche todavía no había caído. Se olía la Navidad x todas las calles.
Mercadillos, puestos de comida, villancicos… Muy bien, y eso q no me gusta la Navidad
A
eso de las 18h el pino de la puerta del sol ya estaba encendido y la verdad, q
sorprende muchísimo. Cualquiera q vaya a verlo se queda con la boca abierta. Un
pino q cambiaba las luces de colores, tenia mensajes… No sé, a mi me pareció
una pasada. Con el encendido del resto de luces la ciudad se transformó como si
fuera un cuento de Navidad. Lo recomiendo
Con
la visita de Rubén y María subimos a la noria gigantesca q había instalada, muy
bonito poder disfrutar de esas vistas desde lo alto de la noria gigantesca,
mientras comíamos gominolas, jejeje
Después
del voltio q nos dio la noria, fuimos a tomar algo a la plaza de la constitución
unas ricas cervezas para ir abriendo el estomago de nuevo, xq teníamos q cenar
y aunque el restaurante “Taberna A Pedra” no había sitio, comimos igual o mejor
en el “Pura y Concha”, empanada, croquetas, zamburiñas, mejillones, pulpo a
feira y unos postres… Para quitar el hipo
Lo
mejor de todo es q al salir del restaurante, al ser tarde, las luces seguían encendidas
y la gente estaba en sus casas, x lo q pudimos visitar muchísimo mejor todas las
calles sin el bullicio q había durante las primeras horas de la tarde. Me llevo
muy buen sabor y mejor recuerdo de la ciudad de Vigo, no la conocía, pero me
parece una ciudad muy interesante q no me importaría volver a visitar y conocer
más en profundidad