domingo, 20 de diciembre de 2020

SaLaMaNCa, PaRTe I…


 Los pocos días de descanso q me quedaban para disfrutar, antes de q finalizase el año, han sido estupendos. X fin, y después de no se cuantos años (36, para ser exactos, jejeje), pude conocer la ciudad de Salamanca y sus alrededores, y he venido encantado x todo lo visto x allí

Ha sido como una cura, xq ya hacía mucho tiempo q debería haber venido a esta zona de Castilla y León, la única provincia q me quedaba x visitar y de la q puedo decir, desde mi humilde opinión, una de las más bonitas de España, ahí lo dejo

Una de las primeras paradas q hicimos fue en la provincia de Zamora, en Fuentesaúco, donde pudimos comer en un pequeño restaurante a un precio súper económico… Cuando nos dieron la cuenta le dije q se había equivocado, q eran dos menús, y me dijo no, está bien… Quedé flipando x lo bien y barato q salimos de allí

La llegada a Salamanca fue como cuando uno llega a una ciudad nueva, intentando buscar similitudes a las de la ciudad en la q uno vive. Y todo en Salamanca me pareció más grande. Avenidas, multitud de gente, dificultad para encontrar aparcamiento… No sé, me pareció sin lugar a duda, más ciudad q León

Enseguida nos pusimos a descubrir la ciudad, quedé maravillado con su preciosa plaza mayor (la más bonita q he visto), x su grandeza y majestuosidad. Allí mismo, en una oficina de turismo, nos hicieron un pequeño plan para poder visitarla, y a ello fuimos

Comenzamos la visita paseando calle abajo hasta el palacio de Monterrey, perteneciente a la casa de los Alba, pero q no entramos. Hoy preferíamos poder visitarla a pie y disfrutar del bullicio q había en las plazas y calles, pre ambiente navideño y despedidas universitarias. Llegamos a la plaza de las Agustinas y ahí cerca, en la librería “Mundus Libri”, me hubiera pasado horas y horas comprando libros de química… Compré algunos, y tuve q parar xq si no…

Seguimos x la calle hacia abajo y llegamos a la Universidad Pontificia de Salamanca y a la casa de las conchas, desde pequeño siempre me llamó la atención este palacio, no se xq, así poder descubrirlo… Me encantó, y poder ver su claustro también

Seguimos calle abajo, hasta la plaza de Anaya y descubrimos la catedral vieja, preciosa con su iluminación, y con la piedra de Villamayor. Como es tradición, hay q buscar el astronauta en el pórtico junto con otras figuras. Al lado se encuentra además la Universidad de Salamanca, y como también manda la tradición, hay q buscar la rana… Necesité ayuda para encontrarla, xq aquello parecía un mojón encima de la calavera… Una pena q estuviera cerrado el cielo de Salamanca en las Escuelas Menores x obras, pero con esta excusa ya puedo volver a visitar la ciudad de nuevo

Siguiendo x la calle Tentenecio, llegamos hasta el paseo de San Gregorio, donde se veía el puente romano bajo el q discurre el río Tormes. La casa Lis, iluminada y referente en arquitectura art-decó, me enamoró. La visita al museo merece la pena, aunque no entendiera mucho sobre muchas de las reliquias q allí hay expuestas

Una de las zonas más bonitas de la ciudad es el jardín de Calixto y Melibea, en lo alto de la muralla. Q sitio tan encantador y romántico, me pareció sublime. Otra de las zonas q me pareció fascinante fue la del convento de San Esteban, tan iluminado, un edificio enorme… No sé, a cada paso q daba y descubría algo, me quedaba perplejo

Me encantó pasear x sus calles, con sus gentes, visitando lugares q me habían recomendado los lugareños (como el bar La Viga) para comer jeta, o el Hernández y Fernández donde pudimos tomar algo tranquilamente. Sus mercados navideños, sus productos… Me pareció una gozada, muy recomendable la visita y espero poder volver a repetir muy pronto