Los espárragos se
consideran un manjar, pero tienen una consecuencia inconfundible algo
desagradable. Después de comerlos, la orina emana un olor fuerte y
característico q no se parece a nada más. Sin embargo, no todo el mundo es
capaz de detectar los metabolitos de este alimento en las aguas menores
Un equipo
dirigido x investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard
cree q los factores genéticos son importantes a la hora de percibir
este aroma tras un atracón. En concreto, han descubierto cientos de variantes
en los genes implicados en el sentido del olfato q pueden estar implicadas
El estudio ha
sido publicado en la edición de Navidad de la revista “BMJ”, q
tradicionalmente incluye investigaciones divertidas y creativas, pero con una
sólida base científica. En el mismo participaron 6.909 hombres y mujeres de
origen europeo-americano a quienes preguntaron sobre su experiencia en el
inodoro después de comer espárragos. El 40% de los participantes reconoció q
podía oler un aroma particular, pero el 60% dijo ser incapaz. Los miembros de
ese grupo parecían sufrir una especie de anosmia (la pérdida del sentido del
olfato) en lo q respecta al espárrago
Los
investigadores descubrieron 871 variaciones genéticas particulares en el
cromosoma 1 asociadas con esa incapacidad para oler los espárragos en la orina.
Estas variantes genéticas aparecieron en varios genes diferentes responsables
del sentido del olfato
También
encontraron q una mayor proporción de mujeres fueron incapaces de detectar el
olor, en comparación con los hombres, a pesar de q ellas acostumbran a
identificar de forma más precisa y consistente los olores
Curiosamente,
los investigadores sugieren q este resultado inesperado puede ser debido a q
algunas mujeres sean más pudorosas a la hora de hablar de lo q ocurre en el
servicio, o xq podrían ser menos propensas a notar un olor inusual debido a su
posición durante la micción
La muestra se
centra en personas de ascendencia europea, x lo q no se sabe si las mismas
variantes genéticas predicen la anosmia de los espárragos en otros grupos
étnicos. El equipo cree q se necesita más investigación para entender xq estos
alimentos produce un olor particular, y q presiones selectivas darían lugar a
una predisposición genética tan importante como ser capaz de oler o no los
metabolitos
Pero el olor
de los espárragos es una consecuencia menor. Estos vegetales proporcionan una
rica fuente de hierro, fibra, zinc, ácido fólico y vitaminas A, E y C, y se
cree q su consumo reduce el riesgo de cáncer, el deterioro cognitivo y las
enfermedades cardiovasculares relacionadas. Así q bien merecen ser bienvenidos
al plato con independencia de lo q pase después