Albert Einstein nos enseñó q la
materia es una forma de energía y, x lo tanto, esta “ni se crea ni se destruye”,
sino q “se transforma”. En base a esto, después de un evento como la detonación
de la bomba de Hiroshima, en la q en cuestión de segundos desaparecieron
el 90% de los edificios de la ciudad japonesa, cabe preguntarse: ¿dónde se fue
todo el aluminio, mármol, caucho o el acero inoxidable q formaba estas
construcciones? Un reciente estudio parece haber encontrado parte de estos
restos en un lugar sorprendente: en la arena de la playa en forma de raras
partículas esféricas vítreas y milimétricas
Mario Wannier, geólogo jubilado y uno
de los autores principales del estudio publicado en la revista
“Anthropocene”, fue el descubridor en 2015. Wannier ha viajado x todo el mundo
para examinar la arena de diferentes lugares, catalogando cuidadosamente su
composición, separando cada grano y analizándolo al detalle. Sin embargo, en la
arena de la playa de la península de Motoujima, a unos diez kilómetros de
la catástrofe, encontró unas partículas vítreas muy extrañas
“Había visto cientos de muestras de
playas del sudeste asiático y puedo distinguir de inmediato los granos
minerales de las partículas creadas x animales o plantas”, asegura. “Pero había
algo más... unas partículas aerodinámicas, vítreas y redondeadas q me
recordaban a las esferas q había visto en las muestras pertenecientes al
Cretácico-Terciario”, señala Wannier. El investigador se refiere a las
partículas halladas en la zona de la Península de Yucatán, en sitio donde
hace 66 millones de años cayó un meteorito q provocó la extinción de los
dinosaurios. Según han comprobado varios estudios, el impacto provocó q
la superficie sólida quedase literalmente “licuada”. En esta forma llegó
hasta la atmósfera, donde se formaron gotas de material vítreo q, finalmente,
cayeron al suelo
Pero las partículas de
Hiroshima no eran totalmente iguales: las esferas de entre 5,5 y 1
milímetros de ancho parecían estar fusionadas unas con otras, algunas tenían
una especie de “cola”, el material era similar al caucho y, además parecían
tener una o varias capas de vidrio o sílice
Así, las partículas se llevaron a
analizar al laboratorio de la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.) y
Wannier volvió a Japón para recolectar más muestras de arena. Encontró q cada
kilo contenía entre 12 y 23 gramos de estas raras partículas, lo q supone un
porcentaje de entre el 0,6 y el 2,5% de toda la arena recogida, lo q
extrapolado a términos absolutos pueden significar 36.000 toneladas. Fue aquí
cuando el geólogo comenzó a pensar q podría estar relacionado con la explosión
de la bomba atómica q devastó Hiroshima la mañana del 6 de agosto de 1945. Ese
día murieron 70.000 personas (aunque el recuento subió hasta las 145.000 en las
siguientes semanas) y el 90% de los edificios quedaron arrasados o seriamente
dañados, ya fuera directamente en la explosión o en las tormentas de fuego
posteriores
“De lejos, es el peor evento causado x
el hombre. Después de la sorpresa de encontrar estas partículas, mi siguiente
gran pregunta fue: tienes una ciudad y, al minuto, no hay nada. ¿Dónde
está la ciudad? ¿Dónde está todo el material del q fue construida? Es un tesoro
haber descubierto esto. Es una historia increíble”, valora Wannier
X su parte, el laboratorio de
Berckeley observó una amplia variedad en la composición química de las
muestras, incluidas concentraciones de aluminio, silicio y calcio; partículas
microscópicas de hierro rico en cromo; y ramificaciones microscópicas de
estructuras cristalinas. Otros estaban compuestos principalmente de carbono y
oxígeno. “Algunos de estos se parecen a lo q tenemos de los impactos de
meteoritos, pero la composición es bastante diferente”, explica Rudy Wenk,
profesor de mineralogía en la Universidad de California en Berkeley. “Había
formas bastante inusuales: algo de hierro y acero puro. Algunas tenían la
composición de los materiales de construcción”, señala
Aún se llevaron a cabo más
experimentos: se determinó q las partículas se habían formado en
condiciones extremas, con temperaturas q excedían los 3.300 grados Fahrenheit
(1.800 grados Celsius), como lo demuestra el ensamblaje de cristales de
anortita y mullita q identificaron los investigadores. Notaron q la
microestructura única de las partículas estudiadas y el gran volumen de restos
de fusión presentes también proporcionan una fuerte evidencia de cómo se
formaron. “La hipótesis de la explosión atómica es la única explicación lógica
de su origen”, afirma Wenk
Según esta investigación,
probablemente estas partículas se formaron x encima y alrededor de la bola de
fuego ascendente de la explosión. Los materiales barridos desde el suelo
burbujearon en estado líquido a altas temperaturas y se mezclaron en
este ambiente turbulento justo antes de enfriarse, condensarse y luego
precipitarse al suelo en forma de lluvia. “El material del suelo se volatiliza
y se mueve a la nube, donde la alta temperatura cambió su condición física. Hay
muchas interacciones entre las partículas, muchas esferas chocando, lo q ha
provocado la aglomeración de varias, tal y como observamos”, señala
Wannier. Hay muchas esferas pequeñas q chocan, y se produce esta
aglomeración"
De hecho, para reforzar esta teoría se
encuentra el hecho de q la composición de las partículas de escombros
se corresponde estrechamente con los materiales q eran comunes en
Hiroshima en el momento del bombardeo, como el mármol, el acero inoxidable
y el caucho
Ahora la intención de Wannier es
analizar muestras del suelo de la zona cero y buscar más restos de los
escombros en las aguas subterráneas profundas. Además, los investigadores
señalan q este estudio puede ser una oportunidad para comprender q les ocurre a
los materiales sometidos a estas condiciones extremas y ver si coinciden con
otras muestras q se recojan en el área de Nagasaki, donde cayó la segunda
bomba. “Durante más de 70 años, este material ha estado allí y nunca fue
estudiado en detalle. Esperamos q esto atraiga la atención de la comunidad
científica”, incide el investigador