Dos matemáticos de la Universidad de Bristol y el
Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han utilizado una red global de
500.000 computadoras para resolver un intrincado problema planteado hace 65
años q involucra al número 42
El problema original, establecido en 1954 en la
Universidad de Cambridge (Reino Unido) y q pudo haber sido planteado x
pensadores griegos ya en el siglo III DC, plantea cómo expresar cada
número entre 1 y 100 como la suma de tres cubos. Se trata de la ecuación
diofántica x ^ 3 + y ^ 3 + z ^ 3 = k, siendo k igual a cualquier número entero
de 1 a 100. El nombre se debe al antiguo matemático Diofantus de
Alejandría, quien propuso un conjunto similar de problemas hace unos 1.800 años
Los matemáticos modernos encontraron soluciones
rápidamente cuando “k” es igual a muchos de los números más pequeños, pero
pronto surgieron algunos enteros más grandes q se resistían. Lentamente,
durante muchos años, cada valor de “k” fue finalmente resuelto (o se demostró q
no se podía resolver), gracias a técnicas sofisticadas y computadoras modernas,
excepto los dos últimos, los más difíciles de todos: 33 y 42
Tras semanas de trabajo con una supercomputadora de la
Universidad de Bristol, el ingenioso profesor Andrew Booker logró resolver hace
algunos meses el reto del 33, con una innovadora solución de suma de tres
cubos. Esto dejaba al 42 como único número para ser resuelto
Sin embargo, resolver 42 fue otro nivel de complejidad.
Booker recurrió al profesor de matemáticas del “MIT” Andrew Sutherland, un
récord mundial con cálculos masivamente paralelos. Al mismo tiempo, aseguró los
servicios de una plataforma de computación planetaria q recuerda a “Pensamiento
profundo”, la máquina gigante q da la respuesta 42 en la “Guía del
autoestopista galáctico”
La solución de los profesores Booker y Sutherland para
42 utilizó “Charity Engine”; una “computadora mundial” q aprovecha la
potencia de cómputo inactiva y no utilizada de más de 500.000 PC caseros para
crear una plataforma súper ecológica de origen público hecha enteramente de
capacidad desperdiciada
La respuesta, q tomó más de un millón de horas de
cálculo, es la siguiente: X = -80538738812075974 Y = 80435758145817515 Z =
12602123297335631
Como explica la Universidad de Bristol en un comunicado,
con estos números casi infinitamente improbables, las famosas soluciones de la
ecuación diofantina (1954) finalmente pueden descansar para cada valor de “k”
del uno al 100, incluso 42
“Me siento aliviado. En este juego es imposible estar
seguro de q vas a encontrar algo. Es un poco como tratar de predecir
terremotos, ya q solo tenemos probabilidades aproximadas”, afirma Booker. “De
esta forma, podríamos encontrar lo q estamos buscando con unos meses de
búsqueda, o podría ser q la solución no se encuentre hasta dentro de un siglo”