viernes, 5 de julio de 2019

NaVaRRa PaRTe I…



Pues x fin llegó el día, ese día q no sabíamos cuántos íbamos a ser para ir a visitar a Sergio a Navascués, provincia de Navarra… Y cuando x fin supimos los q íbamos a ser, Lauris y yo, el viaje comenzó con una pequeña polémica, jajaja, y nuevamente x el mismo monotema q siempre le preocupa a Sergio…  ¡La comida! Esta vez el producto destacado fue la cecina, q tiene el gusto de unirse al selecto club de la salchicha prefabricada, los espaguetis de la discordia y el jamón york campestre… ¡Bienvenido taco de cecina de 10 euros/kg!

Más adelante contaré la odisea con el taco de cecina, pero vayamos x partes… Salimos de León a eso de las 18:00h, recogí a Lauris x su casa y pusimos rumbo a Navarra. Tengo q decir q Lauris es sensacional, una amiga con la q puedes hablar de cualquier tema, te escucha, te entiende… Es una buena copilota, siempre está contando cosas y eso se agradece xq el viaje se hace más ameno. ¡Te quiero siempre a mi lado cuando viajemos! Jajaja

Ella me conoce y sabe cuales son las normas cuando viajamos… Al ser un trayecto “corto”, lo hicimos del tirón, no estuve cansado ni nada x el estilo, pero queríamos llegar cuanto antes a ese lugar en el q Sergio lleva unos cuantos meses trabajando, donde es feliz viviendo uno de sus sueños, trabajar en la selva de Irati

El trayecto como ya he dicho fue muy ameno, estuvimos hablando todo el rato y esta vez fui a 120 km/h, cosa q Lauris no me dijo nada, pero estoy seguro q agradeció, jajaja. Nos dio tiempo también para hablar con Olguis, q esta vez no pudo venirse junto con Manu a disfrutar de este precioso viaje, pero estoy seguro q cuando organicemos otro, se vienen seguro :)

Llegamos a eso de las 22:30h, tras mas de cuatro horas x autovía, el ultimo tramo hasta llegar a Navascués fue x nacional, pero la carretera era buena y no se hizo largo el trayecto. Sergio nos esperaba a la entrada del pueblo para indicarnos donde debíamos aparcar… Allí estaba, esa sombra ensotanada esperando a sus amigos del viejo Reino de León, jajaja

Cuando aparcamos, nos abrazamos efusivamente, era la primera vez q alguien le iba a visitar (espero q esto lo tenga en cuenta en un futuro, gracias) y de ese abrazo tan efusivo, me volvió a doler la costilla (creo q la lesión permanece ahí, gracias, señora Burón). El lugar cuando levantamos la vista era como viajar en el tiempo a los años 60… Como a un pasado devastado x una catástrofe nuclear… Esos pequeños bloques semi abandonados, rodeados x multitud de gatos (creo q en esa explanada de parking había como unos doce gatos), con las ventanas tapiadas x chapas metálicas y las fachadas con agujeros como si allí se hubiese vivido una batalla campal… De primeras nos sorprendió el lugar, pero es el q Sergio ha elegido para vivir…

La entrada al portal, con esas puertas abiertas de par en par, hacía q los gatos campasen a sus anchas x el lugar… El olor era asqueroso, a orines de gato… Sin luz en las escaleras, subimos las maletas con la ayuda de la linterna del “Xiaomi” de Sergio, jajaja. Ya en el piso, tenemos q decir q era grande, austero, y q con un poco de gusto decorándolo, estaría muy chulo. Había muchas moscas, según Sergio de la fruta, es probable, había bastante comida en la encimera de la cocina

Como no teníamos hambre todavía, y eso q eran casi las 23:00h, salimos a pasear x el pueblo, para ver como era el lugar donde vivía Sergio. El lugar es muy pequeño, sin nada q hacer en kilómetros a la redonda… El ultimo superviviente podría hacer un reportaje sobre la gente q vive en estos pueblos, jejeje, ya q el pueblo más grande y cercano es Sangüesa a unos 36 km

Cuando volvimos a casa, xq el pueblo es pequeñito, ya nos pusimos a cenar en la cocina de Sergio. Nos había preparado ensalada de pasta, a la q le había añadido de todo… Sandia, atún, maíz, guisantes, pimiento, tomate, zanahoria, aceite y sal, jajaja. Seguro q me queda algún ingrediente más. Fue contundente, pero nos sirvió para poder llenar el estómago. Decidimos poner todas las camas en una misma habitación, para dormir en plan comuna. Fue una gran idea, x lo q Sergio, como buen anfitrión nos cedió las camas y el durmió en un colchón en el suelo. Gracias Sergio, te agradeceremos siempre ese gesto q tuviste hacia nosotros

Tras ducharnos en aquella ducha minúscula en la q yo tuve q abrir la puerta para lavarme el culo, jejeje, nos relajamos un rato en el sofá del salón y cuando x fin bajamos la cena, nos fuimos a dormir. Caímos como cestos en menos de 5 minutos…