domingo, 17 de febrero de 2019

uN PeQueÑo PaSo PaRa La CuRa De La PRoGeRia…



La vida de Sammy Basso comenzó como la de casi cualquier otra persona. Nació en una fría mañana de invierno, el 1 de diciembre de 1995, en Schio, una pequeña ciudad del norte de Italia. Era un hermoso bebé de 2.700 gramos, “un tierno cuerpecito para abrazar y mecer en tus brazos”, según recuerdan sus padres. Sin embargo, a los seis meses algo se empezó a torcer. Su crecimiento, misteriosamente, se frenó de golpe. Y, con apenas dos años de vida, llegó el diagnóstico: Sammy sufría el síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, un trastorno genético extremadamente raro q hacía q el niño envejeciera a cámara rápida. No había cura. Lo normal, dijeron los médicos, es q Sammy muriera antes de cumplir 13 años

Pero Sammy sigue vivo. De niño, conoció a uno de los principales expertos del mundo en envejecimiento, el español Carlos López Otin, y decidió seguir sus pasos para investigar su propia enfermedad. A sus 23 años, Basso se acaba de licenciar en Biología en la Universidad de Padua y hoy publica junto al equipo de López Otín los resultados de un tratamiento experimental q ha logrado aumentar un 25% la longevidad de ratones afectados x el síndrome. “No sé si me ayudará a mí, pero x primera vez puedo creer q, en el futuro, los niños con progeria podrán vivir una vida normal”, explica Basso desde un hospital italiano, donde acaba de superar una operación a vida o muerte para sustituirle una válvula del corazón dañada x la enfermedad. “Estoy muy feliz”, celebra

El síndrome de Basso está causado x una simple mutación en el gen LMNA, uno de los 20.000 q forma el manual de instrucciones presente en cada célula humana. La mutación desencadena la acumulación de una proteína tóxica en el núcleo celular y esto provoca el envejecimiento prematuro. Los niños afectados (156 en todo el mundo) tienen un aspecto característico q Basso se toma con un sentido del humor salvaje, posando en su cuenta de “Instagram” como si fuera un extraterrestre esperando su nave espacial

La solución al problema de Basso es hoy imposible: habría q meterse en todas sus células para intentar corregir su ADN una x una. Pero eso es lo q ha intentado el equipo de López Otín con los ratones. Los investigadores han utilizado la revolucionaria técnica CRISPR, una especie de tijeras moleculares q sirven para editar el ADN de cualquier organismo con una facilidad sin precedentes. Mediante virus inyectados en crías de ratones con progeria, los científicos han introducido estas herramientas CRISPR diseñadas para reconocer el gen LMNA y modificarlo para evitar la producción de la proteína tóxica. En el hígado, el órgano con mayor éxito, la estrategia ha servido para modificar el 14% de todas sus células. Y los roedores viven un 25% más

“Lo positivo de todo esto es q la corrección de un porcentaje relativamente bajo de células ya proporciona mejorías apreciables, de modo q quizás no sea necesario llegar al 100% de las células para corregir la enfermedad”, reflexiona la bióloga molecular Olaya Santiago, del grupo de López Otín en la Universidad de Oviedo

El joven Sammy Basso es el más optimista. “Esta investigación es absolutamente increíble para mí y para todas las personas con progeria. Cuando yo nací, nadie sabía nada sobre la enfermedad y no había científicos q la estudiaran”, explica. “Hace unos años, incluso hace unos días, nadie podría haberlo imaginado, pero ahora sí. Ahora podemos tener esperanza en llegar a una cura”