Nos encanta la fusión, tal es así q
ayer decidimos innovar, y gracias a la recomendación de Muelis lo conseguimos, xq fuimos a cenar al
restaurante de fusión innovadora japo-peruano… ¡Ahí queda eso!
La noche elegida para cenar fue la
mejor, en la q comenzó a nevar y pensábamos q no saldríamos de LF, pero no, lo
conseguimos, la carretera estaba bien, cuanto le gusta a la gente inventar,
jajaja. Al llegar al restaurante, q se llama Godai y mezcla la cocina japonesa
con la peruana, aún estaba nevando, pero nosotros teníamos un agujero en el estómago…
Queríamos probar esta cocina tan moderna y minimalista
Cuando nos dieron la carta, fue como q
estuviéramos leyendo un capítulo de mecánica cuántica en japonés, no entendíamos
nada de lo q allí había para pedir, pero bueno, estaban claras dos cosas. Nada
de pescado crudo y todo tenía q estar frito, sobre todo x Diego, q al pobre
este tipo de cocina no le llamaba mucho, jejeje. Pues bien, gracias a la
camarera elegimos; el Bushido (q creo q era el pollo con champiñones, muy bueno
x cierto) y los langostinos incas, también muy buenos. Acertamos de lleno con
ello. Junto con una tabla de sushi de 36 piezas en la q hubo de todo… Makis,
niguiris, uramakis…
Lo mejor de todo fue cuando nos
trajeron la tabla de sushi y la camarera comenzó a explicarnos los tipos de
piezas de sushi q había. Si tengo q repetir ese momento perdería la apuesta, xq
fue decir “cubierto x huevas de pez volador” y yo ya desconecté, fue como
atravesar un muro a la fantasía más extrema, jajaja, xq no me acuerdo de nada
más en lo q dijo. Bueno si, pepino y aguacate, pero no sé en cueles estaban,
jajaja
Creo q al resto les pasó algo
parecido, Herrezuelo xq era su primera fusión en la vida, y tenía mucho miedo a
q no le gustase este tipo de comida, pero le encantó, salvo el sushi de huevas
de pez volador, las huevas a ella… Next! Creo q el secreto estaba en mojar en
la soja, jajaja. A Diego y Ros, les pasó algo parecido, no les convenció mucho
este tipo de comida (salvo los uramakis en tempura), menos mal q x lo menos pudieron
saciar su hambre a las 9 de la noche, cuando decidieron “picar” algo en casa,
jajaja, como queso y lomo (si es q la comida tradicional siempre triunfa). Sofi
ahora es seguidora del wasabi, ya q se lo comía a palo seco, ni sushi ni
ostias, pa’ dentro. Muelis y yo creo q fuimos los q más disfrutamos, xq nos
gustó casi todo
PD: Ver cenar a Sofí en la posición de
loto (descalza y con las piernas cruzadas sobre el banco) y q la camarera
sufriera al vernos coger los palillos y decirnos “tomad, unos soportes para
meter los palillos y q os hagan pinza”, no tuvo precio. A, y lo de pagar el
agua del grifo como “agua km 0”, tampoco lo tuvo… Bueno si, 2,50 euros x
botella, gracias. Me ha gustado el sitio, creo q repetiré, pero creo q la
próxima vez deben elegir restaurante Diego y Ros