viernes, 1 de abril de 2016

HaSTa SieMPRe ZaHa…


Zaha Hadid (Bagdad, 1950), ha muerto este jueves en Miami a los 65 años de edad, hizo historia antes de comenzar a construir. Era internacionalmente famosa x sus dibujos neoconstructivistas cuando Rolf Fehlbaum, el dueño de la empresa alemana de mobiliario Vitra, le dio la oportunidad de levantar su primer edificio: la estación de bomberos de su fábrica. Corría el año 1994. Una década después, obtenía el premio Pritzker (2004) y con él comenzaba una de las carreras más fructíferas de la profesión. Las más notable en manos de una mujer

Iniciaba, así, la triple carrera de obstáculos de tratar de construir un ideario, de hacerlo siendo mujer y de intentar levantar edificios emblemáticos en su patria de adopción, el Reino Unido. No fue fácil. Hadid llegó a ganar concursos, como la Ópera de Cardiff en Gales, q finalmente le encargarían a Norman Foster. Supo resistir. Se convirtió en una excelente diseñadora capaz de aplicar su talento a joyas, muebles, zapatos, bolsos, barcos o la ropa con la que se vestía

Cuando en 2003 inauguró su Centro de Arte en Cincinnati (Ohio) (su primer proyecto norteamericano) el mundo arquitectónico observó con lupa cómo había sido la transformación de los planos de la rompedora arquitecta de papel a las tres dimensiones de la realidad. Salió airosa del juicio pero entendió q la exigencia con ella era mayor y decidió arriesgar más. “Tratando de romper los límites de la arquitectura” hablaba de convertir los edificios en paisaje y de repensar los límites físicos de las construcciones

Lo hizo con el MAXXI de Roma en 2010 y con la Opera de Guangzhou el mismo año. X esas fechas concluyó una de sus obras más conmovedoras, el colegio Evelyn Grace en Brixton, un lugar donde alumnos con un futuro poco prometedor estudian en uno de los mejores edificios de la capital británica

En Baku (Azerbayán), Hadid y su equipo levantaron el centro cultural Heydar Aliyev q abrió una vía de vanguardia para la transformación de la ciudad, al tiempo q la asociaba a la dinastía vitalicia q ostenta el poder. Tras firmar el Centro Acuático para las olimpiadas de Londres (2012) y dejar una versión sobria de su marca artística en su ciudad, Hadid fue llamada a trabajar en Oxford, donde levantó un edificio en el St. Anthony’s College. Tenía entre manos la renovación del frente marítimo de Estambul y el diseño de un estadio para Qatar 2022

Una torre en Moscú y un puente en Taiwan. Si durante años su campo de actuación fueron los museos (su obra no construida se valoraba x su aportación artística) durante las últimas décadas parecía querer reinventar el mundo. Su estudio no hacía más q crecer, a punto de trasladarse a las oficinas del antiguo Design Museum, junto al Támesis, manejaba proyectos en todos los continentes del mundo

En las numerosas entrevistas q Zaha Hadid concedió a varios periódicos, tres cuestiones aparecían en su discurso de manera recurrente. De un lado el selecto club: “Nunca seré como ellos. No navego, soy musulmana y soy mujer”. Hablaba de la falta de apoyo de sus colegas arquitectos ante injusticias como la de la Ópera de Cardiff. Sólo Richard Rogers inició una protesta pública

El tercer asunto de su ideario era como un mantra. No se cansaba de repetirlo: era fundamental siempre y en todo momento romper los límites de la arquitectura. Se refería a los límites físicos, formales, y justo es reconocerle q ella lo consiguió. También dejó saldadas las otras dos cuestiones. En el mundo árabe su trayectoria hizo q muchas mujeres quisieran estudiar arquitectura. Puede q no navegara, como tantos arquitectos, pero está claro q hace ya años q pasó a pertenecer al club

Fue en Miami ayer x la noche tras hospitalizarse por una bronquitis, cuando sufrió un ataque al corazón. En España, el Pabellón-puente de Zaragoza se levantó con la leyenda de q Hadid nunca estuvo allí. La otra cara de la moneda, el Pabellón López de Heredia, es una de las joyas más preciadas de la bodega riojana. Esa dualidad resume la leyenda q una muerte como está no hará más q agrandar

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