El
adiós al carbón q el sistema eléctrico dará a partir de hoy como una de las
fuentes de generación de energía no va a impactar directamente en los precios
de la luz q pagan los consumidores en sus facturas. Las ausencias de las
térmicas q funcionan con esa histórica materia prima apenas se dejará notar en
un coste del kilovatio/hora (kw), estiman fuentes del sector, tras el desplome
registrado en el confinamiento, aunque ya comienza a notarse el repunte con la
reactivación económica de junio en la q se encuentra todo el país tras la
desescalada
Las
subidas de precio de las últimas semanas no se pueden achacar directamente a la
falta de suministro de las centrales de carbón. El coste medio de la luz en
junio se encuentra en los 40 euros/Mwh, casi el doble q en mayo, según el
operador Omie. Se debe al incremento del consumo tras el confinamiento y al
aumento del precio del crudo. A lo largo de los últimos meses, la participación
del carbón en el “mix” ha ido disminuyendo. Hasta ahora, las centrales térmicas
han aportado un 2,8% de toda la electricidad consumida. Hace dos años
representaba un 12% del total, según Red Eléctrica
El
apagón q llega ahora se ceba con siete grandes instalaciones, muchas de ellas
ubicadas en territorios cuya economía se encuentra muy vinculada al
funcionamiento de la central. Se trata de las plantas q quemaban carbón en
Meirama (La Coruña), Narcea (Asturias) y La Robla (León) (“Naturgy” es su
propietaria); Andorra (Teruel) y Compostilla (León) (“Endesa”); Puente Nuevo
(Córdoba) (“Viesgo”); y Velilla (Palencia) (“Iberdrola”). Entre todas suman
4.630 megavatios (Mw). En activo quedarán otras siete. De ellas, cuatro ya han
solicitado la clausura (Lada, en Asturias; As Pontes, en La Coruña; Los
Barrios, en Cádiz; y Litoral, en Almería. Aunque las restantes no han realizado
movimiento alguno, su futuro está casi sentenciado a uno o dos años
El
proceso de cierre de estas centrales ya viene de largo. Las exigencias
medioambientales de la Unión Europea con respecto a las emisiones de dióxido de
carbono (CO2) de estas factorías impuso toda una serie de inversiones
millonarias q las eléctricas propietarias tendrían q asumir para q el negocio
siguiera en activo. Las compañías han ido considerando q el nivel de gasto q
esos requisitos de sostenibilidad suponían hacía inviable el negocio del
carbón, un material cuyo precio es más elevado si proviene de las minas
españolas q del extranjero
Durante
los últimos meses la inyección de electricidad de estas instalaciones al
conjunto del sistema ha ido reduciéndose sin q ello haya provocado un
incremento de precios de la luz. Si el coste ha subido ha sido x otras razones
como el repunte en el precio del petróleo o el gas, la escasez de lluvias o
alzas de demanda temporales, los factores q más condicionan el recibo
Aun
con la ausencia del carbón, al sistema le sigue sobrando potencia instalada. La
nuclear es la tecnología q más electricidad aporta (más de un 23% en lo q va de
año), seguida x la eólica (un 22%), la hidroeléctrica (15%) o los ciclos
combinados (más de un 12%)
El
impulso a las energías renovables (la semana pasada el Ministerio para la
Transición Ecológica aprobó un decreto para impulsar este sector) compensará
las centrales q van saliendo del sistema. Aunque seguirán siendo necesarias
tecnologías con las q se pueda contar a cualquier hora del día si la demanda lo
requiere. Y para eso, la nuclear y los ciclos son esenciales para evitar
apagones. X ello, el sector sigue esperando la regulación de los apoyos
económicos q recibirán estas centrales para garantizar el suministro eléctrico
Aunque
desde un punto de vista operativo dejarán de aportar luz, técnicamente no serán
clausuradas hasta q el Gobierno dé luz verde a los procesos administrativos q
están en vigor. Solo en ese momento las eléctricas comenzarían los trabajos de
desmantelamiento de los q están pendientes centenares de trabajadores, y
comarcas enteras, para evitar q estas clausuras deriven en desempleo entre
quienes trabajaban en ellas